Sentencia Administrativo Nº 738/2011, Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Leon, Sala de lo Contencioso, Sección 3, Rec 132/2006 de 25 de Marzo de 2011

La ley impone a los administradores de la sociedad desempeñar su cargo con la diligencia de un ordenado empresario y un representante leal. Desde la posición de garante que la ley confería a la actora, en cuanto administradora de la sociedad que no cumplió sus obligaciones tributarias mientras desempeñaba sus funciones supervisoras, que es al momento en que deben referirse sus responsabilidades, así como a la aprobación subsiguiente de cuentas y balances, se hace patente su responsabilidad en los hechos acaecidos y que debió evitar con una actuación, cuando menos, más diligente, exigiendo y controlando que la contabilidad recogiera la totalidad de las operaciones. Tales omisiones determinan que deba apreciarse la responsabilidad imputada a la actora en las actuaciones fiscales, pues no consta que la demandante, en ningún momento, abandonase su condición de responsable, de administrador de la sociedad, de garante del adecuado funcionamiento de la compañía mercantil, ni tampoco consta que dejase de ser responsable del cumplimiento de sus obligaciones en la actividad y con el fin de que las declaraciones tributarias recogieran la totalidad de las ventas. Tal responsabilidad debe extenderse a las sanciones tributarias correspondientes habida cuenta de su constatada negligencia en el desempeño de sus funciones.