Sentencia Civil Nº 569/2003, Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, Rec 3166/1997 de 11 de Junio de 2003

Se declara por el TS no haber lugar al rec. interpuesto por la actora sobre acción de nulidad de contratos de renta vitalicia. La actora, causante del recurrente sustituto en casación, establece un relato fáctico común para las dos causas de anulabilidad de los contratos, la intimidación y el dolo, causantes de la emisión de un consentimiento viciado. Se acredita que la actora percibía dos pensiones de la seguridad social, de lo que tenía pleno conocimiento y había buenas relaciones entre ésta y su hijo demandado. Este tipo de contrato el de renta vitalicia es un contrato aleatorio, siendo incierto el tiempo durante el cual habrá de pagarse la renta, y si por la desproporción entre las prestaciones de las partes, desaparece para una de ellas, ese requisito de la aleatoriedad podrá llegarse a la declaración de nulidad del contrato, pero no por la existencia de dolo, sino por la inexistencia de causa, y siempre que no conste la existencia de un "animus donandi". Al no fundarse las acciones de anulabilidad ejercitada en la falta de causa, esa pretendida desproporción de las prestaciones, no puede ser considerada como integrante del dolo alegado. No se aprecia por ello el dolo como vicio de los contratos. Aunque se estima el motivo referente a la prescripción, no se estima el recurso. Ejercitada la acción en vida de la beneficiaria de las rentas pactadas, estaba viva la acción en el momento de su ejercicio al no haberse consumado aún los contratos.