Sentencia Penal Audiencia Provincial de Pontevedra, Rec 1025 de 18 de Octubre de 2000

El acusado ANTONIO, conducía el vehículo Opel Corsa bajo la influencia de bebidas alcohólicas, que es tanto como afirmar que la ingestión de alcohol influía negativamente en sus aptitudes psicofísicas para la conducción, de manera que la prueba del test de alcohol no es exclusiva porque pueden valorarse otros indicios para llegar a la conclusión de la influencia del alcohol en la conducción, como aquí ocurre y se valoran por la juzgadora de instancia acertadamente pues los policias locales que intervinieron en el atestado declararon como testigos en el juicio y ratificaron el atestado permitiendo su introducción en el plenario de acuerdo con el principio de contradicción y por consiguiente se puede apreciar que los policias locales cuando acudieron al accidente de circulación a la altura del n° 27 de la c/ Peregrina observaron evidentes síntomas en el acusado de estar bajo la influencia de bebidas alcohólicas y por consiguiente los síntomas externos que observaron están en relación con el accidente y por consiguiente el aliento a alcohol, rostro sonrojado, mirada cansada y deambulación inestable se aprecian como reveladores de la ingestión alcohólica y la deambulación inestable como un síntoma de la influencia del alcohol sobre el conductor acusado ANTONIO, que además tuvo el accidente con el turismo que no pudo controlar y dominar, y que efectivamente es un indicio claro de que conducía con sus aptitudes psicofísicas mermadas para la conducción, y por consecuencia es autor del delito contra la seguridad del tráfico de que se le acusa previsto y penado en el art. 379 del Código Penal. Se desestima el recurso.