Organización de los primeros auxilios en la empresa
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Organización de los primeros auxilios en la empresa

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Estado: VIGENTE

Orden: laboral

Fecha última revisión: 15/03/2021

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La Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (BOE n.º 269 de 10 de Noviembre de 1995), en el Capítulo III, artículo 20 marca como obligación del empresario el análisis de las posibles situaciones de emergencia así como la adopción de la medidas necesarias, entre otras, en materia de primeros auxilios.

(LPRL; Real Decreto 39/1997, de 17 de eneroReal Decreto 485/1997, de 14 de abrilReal Decreto 486/1997; Real Decreto 1216/ 1997, de 18 de julio; Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre).

Normas básicas para la organización de los primeros auxilios en la empresa

Se denominan primeros auxilios a las técnicas y procedimientos de carácter inmediato, limitado, temporal, no profesional que recibe una persona, víctima de un accidente o enfermedad repentina. Extrapolando esta definición al entorno laboral resulta innegable que la salud de los trabajadores puede verse alterada de forma súbita mientras realizan su actividad laboral, bien como consecuencia de un suceso traumático, como un accidente laboral, bien debido a causas naturales.

En contadas ocasiones se encuentra cerca de la persona accidentada el personal sanitario con medios e instrumental adecuados para atenderla. De cómo se presten los primeros auxilios puede depender la salud, la integridad física o la vida de las víctimas. Resulta por ello imprescindible que los compañeros de trabajo sepan qué hacer para salvar la vida que está en peligro, o para aminorar los daños de los accidentados. De una correcta aplicación de los primeros auxilios, puede pasarse de la muerte o lesiones irreversibles a la vida o lesiones que se remediarán sin mayores daños.

Los primeros auxilios no sólo se ocupan de los casos de extrema gravedad. En ocasiones, pequeños accidentes leves pueden presentar complicaciones que más tarde causarán problemas serios al accidentado si no es atendido adecuadamente.

Atendiendo  a la LPRL los puntos a considerar, establecidos en la NTP 458: Primeros auxilios en la empresa: organización. INSST. Año 1997, serían: 

  • Designación del personal encargado de poner en práctica dichas medidas previa consulta de los delegados de prevención (art. 33 y 36 de la LPRL). Dicho personal, en función de los riesgos, deberá recibir la formación adecuada en materia de primeros auxilios, ser suficiente en número y disponer del material adecuado, siempre a tenor del tamaño y actividad de la empresa, de la organización del trabajo y del nivel tecnológico de aquella.
  • Revisión o comprobación periódica del correcto funcionamiento de las medidas adoptadas.
  • Organización de las relaciones que sean necesarias con servicios externos para garantizar la rapidez y eficacia de las actuaciones en materia de primeros auxilios y asistencia médica de urgencias.

El conjunto de recomendaciones que constituyen el cuerpo teórico de la organización de los primeros auxilios debe adecuase al número de personas empleadas y al tipo de actividad que realicen. La legislación señala como una obligación del empresario el análisis de las posibles situaciones de emergencia y la adopción de las medidas que sean necesarias en materia de primeros auxilios. Los aspectos básicos relacionados con la organización de los primeros auxilios en la empresa se relacionan con las actuaciones frente a traumatismos, hemorragias o quemaduras.

Estudiar accidentes e incidentes fondo de la siniestralidad y las características de cada empresa (actividad, número de empleados, tipos de tareas, factores de riesgo más habituales, etc.). Utilizar esta información para establecer los recursos, tanto humanos como materiales, que sean necesarios en materia de primeros auxilios.

  • Designar al personal encargado de poner en práctica los primeros auxilios, previa consulta de los delegados de prevención, y proporcionarles la formación que sea necesaria.
  • El socorrista laboral será voluntario y deberá tener, además de los conocimientos básicos en primeros auxilios, una formación específica en relación con los riesgos existentes en la empresa. Igualmente, debe recibir periódicamente cursos de reciclaje y actualización.
  • Organizar las relaciones con los servicios exteriores de la empresa (urgencias médicas, mutua, bomberos, etc.) para garantizar la rapidez y la eficacia de la asistencia médica de urgencias.
  • Informar a todos los empleados, mediante carteles, folletos, etc., sobre cuáles son las actuaciones esenciales que deben llevarse a cabo cuando sucede un accidente; en primeros auxilios estas actuaciones están estructuradas por orden en un método denominado PAS (Proteger, Avisar y Socorrer).
  • Proteger, en primer lugar. Significa que, antes de actuar, hemos de tener la seguridad de que tanto la persona accidentada como nosotros mismos estamos fuera de todo peligro. Hay que evitar que los daños se hagan extensivos a otras personas.
  • Avisar, en segundo lugar. Después de proteger, hay que llamar a los servicios sanitarios de emergencia y facilitar la máxima información: tipo de accidente; lugar donde se ha producido; posición y síntomas de la persona accidentada; otras personas involucradas, etc. Para actuar con rapidez, cerca de los teléfonos o en la centralita debe haber un listado con los siguientes números: servicio médico de empresa; urgencias y ambulancias; responsable de la empresa; bomberos; policía; mutua de accidentes, etc.
  • Socorrer, en tercer lugar. Después de proteger y avisar, podemos atender a la persona accidentada empezando por reconocer sus signos vitales (primero, la conciencia; segundo, la respiración y tercero, el pulso). Como norma general, no hay que mover a las víctimas de un accidente y tampoco darles de beber.
  • Decidir el número de socorristas teniendo en cuenta: el número de trabajadores de la empresa, las tareas que se realizan, los riesgos específicos existentes, los turnos de trabajo y la distancia (tiempo) hasta los servicios médicos externos. Una cifra orientativa para una situación de riesgo bajo (ejemplo: oficinas) se-ría de un socorrista por cada 50 empleados por turno. En todo caso, como mínimo, se debería disponer de una persona encargada de actuar en situaciones de emergencia en todas las empresas.
  • Disponer de un botiquín con el material preciso para realizar los primeros auxilios. El material tiene que estar ordenado y siempre reponer el usado.
  • Tener un local específico para primeros auxilios en los lugares de trabajo que consten de más de 50 trabajadores o en aquellos que tengan más de 25, teniendo en cuenta la peligrosidad del trabajo y las dificultades de acceso al centro asistencial más próximo.
  • Instruir a todos los empleados nuevos en relación con la organización de los primeros auxilios (método PAS).

Medidas ante una emergencia

La atención a un trabajador lesionado se conoce como conducta P. A. S. y comprende tres secuencias:

1. Proteger: el primer paso será poner a salvo al herido y a nosotros mismos.

2. Avisar: dar aviso a los servicios sanitarios (propios de la empresa o externos) de la existencia del accidente, activando así el sistema de emergencia. Es muy importante dar la alerta de forma correcta. Para ello se debe tener claro cómo se tiene que dar el mensaje y a quién se tiene que avisar, ya que se ganará un tiempo muy valioso en la atención del accidentado por parte de los profesionales.

3. Socorrer: una vez se ha protegido y avisado, se procederá a ver qué se puede hacer por el accidentado hasta que llegue un socorrista experimentado o un médico. Para ello se reconocerán sus signos vitales siempre por este orden:

  • Consciencia.
  • Respiración.
  • Pulso.

Actuación frente a las heridas

Se considera herida a una sección o ruptura de la piel producida por un traumatismo (lesión de los tejidos ocasionada por agentes externos) y que puede o no afectar a otras estructuras subyacentes como son los huesos, vasos sanguíneos, etc.

La persona que vaya a socorrer a la víctima debe saber valorar la importancia de las heridas, teniendo en cuenta los factores de gravedad siguientes:

  • Heridas leves: afectan sólo a la capa más externa de la piel y en ellas no interviene ningún factor específico de gravedad. El tratamiento de estas heridas está dirigido a prevenir la infección siguiendo las pautas de actuación detalladas a continuación.
    • Evitar la contaminación. Antes de tocar la herida hay que lavarse las manos con agua y jabón y limpiar el instrumental que se va a utilizar. Hay que emplear guantes y material estéril, a ser posible que sea desechable, o lo más limpio posible.
    • Desinfectar la herida. En primer lugar, hay que dejar que sangre un poco la herida y que quede visible (recortar pelos o cabellos). Después, hay que limpiarla con agua y jabón, siempre de dentro de la herida hacia fuera. Por último, aplicar un antiséptico no colorante (pavidona yodada) que permita distinguir una posible infección de la herida.
    • Vendar la herida. Si la herida se produce en un entorno limpio, en el que no existe riesgo de infección, es mejor dejarla descubierta porque se favorece la cicatrización; en ambientes contaminados, hay que tapar la herida con una gasa y sujetarla con esparadrapo.
    • Prevenir la infección. Hay que recomendar la aplicación de la vacuna antitetánica. Igualmente, hay que recordar que no se debe usar algodón para limpiar la herida (pueden quedar filamentos en su interior) ni tampoco se deben quitar los cuerpos extraños que hayan quedado enclavados en ella.
  • Heridas graves: son las que reúnen uno o más factores de gravedad enunciados en el punto número dos. Suelen llevar una patología asociada más grave que la propia herida, por lo que el socorrista sólo debe realizar la primera atención a la persona accidentada para que, posteriormente, sea tratada en un Centro Asistencial. Las pautas de actuación se detallan a continuación.
    • Controlar los signos vitales: identificar las situaciones que su-pongan una amenaza inmediata para la vida mediante un reconocimiento de la consciencia, la respiración y el pulso.
    • Explorar la herida: buscar en los puntos dolorosos síntomas de contusiones, fracturas o hemorragias. Actuar siguiendo los criterios establecidos en primeros auxilios para cada caso: control de la hemorragia, inmovilización de la fractura, etc.
    • Cubrir la herida con material estéril: colocar un apósito o una gasa húmeda más grande que la ex-tensión de la herida. También se puede realizar un vendaje con un pañuelo o un trozo de tela que estén limpios.
    • Evacuar urgentemente al herido: trasladar a la persona herida a un centro sanitario, controlando su estado general y los signos vitales.
  • Heridas penetrantes en el tórax: pueden perforar el pulmón (se nota un "silbido" en la herida, debido a la entrada y salida del aire pulmonar por ella). Hay que tapar rápidamente la herida con material no transpirable (por ejemplo, las bolsas de las gasas), mantener a la persona herida en posición semisentada y trasladarla urgentemente a un centro hospitalario.
  • Heridas penetrantes en el abdomen: son las que comunican el interior del abdomen con el exterior. En estos casos hay que tapar la herida con un trozo grande de tela limpia humedecida (las gasas pequeñas pueden introducirse en el abdomen) y trasladar al herido urgentemente a un centro hospitalario en posición de decúbito supino con las piernas flexionadas.

Vendajes

La función de los vendajes en los primeros auxilios es la de sujetar un apósito, para proteger una herida y para comprimir o inmovilizar una parte del cuerpo. El material más utilizado para realizarlos son las vendas de rollo, los triángulos y las mallas elásticas.

El paso previo obligado al vendaje de una herida consiste, una vez realizado el tratamiento de la misma, en colocar un apósito estéril sobre la misma para evitar que la venda se adhiera al tejido lesionado. En el caso de una herida grave en extremidad superior, es conveniente colocar un cabestrillo.

El material imprescindible para el tratamiento y vendaje de las heridas consiste en: guantes, tijeras y esparadrapo; apósitos de gasa en envase estéril, de diferentes tamaños y multivendas triangulares.

En cuanto a las precauciones al hacer un vendaje, deberemos: evitar la colocación de una venda en contacto directo con la herida; cubrir toda la herida; controlar la presión que hace el vendaje sobre la herida para evitar daños suplementarios; no anudar la venda triangular sobre la herida; evitar cabos sueltos que se puedan enganchar al mover al accidentado, y dejar los dedos de las manos o los pies al descubierto.

  • Vendaje de cabeza:
    • Apoyar el lado más largo del pañuelo sobre la frente y envolver la cabeza, pasando cabos y vértice por detrás de la misma.
    • Coger los cabos, cruzar atrapando el vértice y llevarlos hacia el frente.
    • Anudar los cabos en la frente y esconder el trozo de tela sobrante debajo del vendaje.
    • Comprobar si está bien hecho tirando del vendaje.
  • Vendaje ocular:
    • Hacer un "donut" enrollando un pañuelo sobre sí mismo y, posteriormente, sobre los tres dedos centrales de la mano.
    • Colocar sobre el ojo lesionado, sin presionar el globo ocular o cualquier cuerpo extraño sobresaliente.
    • Doblar otro pañuelo en forma de banda.
    • Vendar ambos ojos.
  • Cabestrillo:
    • Colocar el antebrazo del accidentado de forma que la mano quede más alta que el codo.
    • Colocar el pañuelo entre el tórax y la extremidad afectada con el vértice a la altura del codo.
    • Llevar el cabo inferior hacia el hombro del brazo lesionado.
    • Anudar los dos cabos sobre el cuello, del lado de la extremidad afectada.
    • Esconder el vértice entre el codo y el pañuelo.
  • Vendaje de hombro:
    • Apoyar el vértice sobre el hombro, lo más próximo posible al cuello. Los cabos rodean al brazo y se anudan en el lado exterior.
    • Doblar otro pañuelo en forma de tira que se enroscará sobre la punta apoyada en el hombro.
    • Una vez enroscado el pañuelo se anudará bajo la axila contraria al hombro cubierto.
    • Comprobar si está bien hecho tirando del vendaje.
  • Vendaje del codo:
    • Con el codo en ángulo recto, poner el vértice del pañuelo más allá del tríceps. Los cabos rodean el antebrazo.
    • Anudar los cabos dirigiéndolos hacia detrás del codo.
  • Vendaje de mano: 
    • Extender el pañuelo y colocar la mano sobre él. Llevar el vértice hacia el antebrazo.
    • Cruzar los cabos sobre el vértice.
    • Hacer un cruce bajo la muñeca y anudar arriba.
  • Vendaje de mano quemada:
    • Humedecer un pañuelo con suero fisiológico o agua limpia.
    • Doblar e introducir entre los dedos.
    • Hacer el vendaje de mano.
  • Vendaje de rodilla:
    • Poner el vértice sobre el muslo.
    • Cruzar los cabos por detrás de la pierna, por encima del músculo gemelo.
    • Tirar de ellos hacia arriba anudándolos sobre el muslo.
  • Vendaje de pie:
    • Colocar el pie sobre el centro del pañuelo, orientando el vértice hacia la parte posterior del talón.
    • Doblar el pañuelo sobre el pie.
    • Cruzar los cabos sobre el dorso y anudar sobre el vértice.
  • Vendaje de tórax (o espalda):
    • Colocar el pañuelo con el vértice hacia arriba y sobre el lado de la herida.
    • Coger los cabos y anudar tras la espalda.
    • Doblar otro pañuelo en forma de tira, que se enroscará sobre la punta apoyada en el hombro.
    • Coger los cabos del pañuelo enroscado y pasar por encima del hombro y bajo la axila. Anudar detrás.
    • Comprobar si está bien hecho tirando del vendaje.
  • Vendaje de abdomen:
    • Coger dos pañuelos y anudar ambos vértices.
    • Colocar un pañuelo sobre la herida y llevar los cabos hacia atrás.
    • Llevar el otro pañuelo a la parte posterior y atar las puntas de los dos pañuelos.

Quemaduras

Las quemaduras pueden definirse como cualquier herida o destrucción de tejido producida por una exposición excesiva al calor. La actuación en estos supuestos de la persona/s socorrista/s puede realizarse no sólo en el campo de los primeros auxilios (sobre la herida ya originada), sino también sobre lo que la está originando (fuego, productos químicos, electricidad, etc.). Respecto a las normas básicas de actuación que pueden aplicarse a todo tipo de quemaduras: 

  • La primera acción que debe realizar un socorrista es suprimir la causa que produce la quemadura: apagar las llamas, eliminar los ácidos, etc.
  • Mantener los signos vitales (en muchos incendios, las personas quemadas pueden presentar síntomas de asfixia debido a la inhalación de humos).
  • Examinar el cuerpo de la persona accidentada: comprobar si, además de quemaduras, se han producido hemorragias, fracturas, etc. y tratar la lesión más grave.
  • Aplicar agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor (de 20 a 30 minutos), quitando ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor. Si aparecen temblores, tapar a la persona herida con una manta.
  • Cubrir la lesión con un vendaje flojo y húmedo (sábanas, pañuelos, camisetas, etc.) y poner al herido en posición lateral de seguridad, si las lesiones que presenta lo permiten. El objetivo es evitar la bronco-aspiración del vómito y la obstrucción de las vías respiratorias por caída de la lengua hacia la retrofaringe, en el caso de que pierda el conocimiento.
  • Tratar la quemadura solamente con agua. Nunca se aplicará otro tipo de sustancias como pomadas, mantequilla, aceite, vinagre, etc. que puedan ensuciar, infectar o en-cubrir la herida. El médico debe examinar las lesiones limpias.
  • Evitar darle a la persona accidentada líquidos o sólidos por vía oral (agua, alcohol, analgésicos); podría producirse un vómito y complicar más la situación. Igualmente, ante la posibilidad de que el tratamiento final sea de tipo quirúrgico, debe mantenerse su estómago vacío.
  • Mantener intactas las ampollas que se producen en la piel después de una quemadura, ya que el líquido que contienen protege de una posible infección. Tampoco hay que desprender nada que esté pegado a la piel (ropa, plásticos, etc.) porque podrían producirse lesiones más profundas.
  • Permanecer en todo momento junto la persona accidentada y no demorar el transporte a un centro hospitalario. En el caso de que el herido perdiera el conocimiento, otros contratiempos (obstrucción de las vías respiratorias) podrían producirle la muerte, si no es atendido rápidamente.

Medidas específicas que dependen de la causa que ha originado la quemadura:

  • Frente al fuego: sofocar las llamas con una manta que no sea acrílica. Si no se dispone de otro medio, hacer rodar por el suelo a la persona accidentada hasta apagar el fuego y, como último recurso, utilizar un extintor adecuado. Después se aplicará agua en la zona quema-da para refrigerar.
  • Frente a la electricidad: empezar siempre desconectando la corriente, salvo que la persona electrocutada ya no toque el conductor eléctrico. Si esto no es posible, hay que separar el conductor eléctrico del accidentado mediante un material aislante como puede ser un palo de madera. Después, hay que mantener las constantes vitales y trasladar a la víctima a un hospital.
  • Frente a los productos químicos (lejía, ácido clorhídrico, etc.): aplicar agua abundante en la que-madura (de 20 a 30 minutos) procurando no salpicar otras partes del cuerpo. Nunca emplearemos pequeñas cantidades de agua: su mezcla con ciertos cáusticos puede aumentar el efecto de la quemadura. Mientras se pone el agua, hay que quitar la ropa impregnada, zapatos, joyas, etc.
  • Frente a sólidos incandescentes (herramientas, recipientes, etc.): separar el objeto causante de la que-madura del cuerpo de la persona accidentada y mojar con agua la zona afectada.
  • Frente a líquidos inflamables (alcohol, gasolina, benceno, etc.): nunca utilizar agua para apagar el fuego porque lo extendería. Hay que sofocar las llamas con una manta o un trozo de ropa que no sea sintética (chaqueta, bata, etc.) o hacer rodar a la persona herida por el suelo; en último caso, se puede recurrir a un extintor adecuado (polvo convencional o espuma física).

Recomendaciones a tener en cuenta en la organización de los primeros auxilios

Siguiendo la NTP 458, ya mencionada, la organización de los primeros auxilios no es más que una forma de prepararse para actuar ante situaciones excepcionales. Esto requiere de un estudio a fondo tanto de la siniestralidad (accidentes e incidentes) como de los posibles factores de existentes en la empresa.

Sin embargo, también es necesaria la sensibilización de todos los estamentos presentes en el entorno laboral.

Sirvan los siguientes puntos como ejemplo de acciones para sensibilizar y, por ende, aumentar la eficacia de la actuación frente a emergencias:

  • Todo trabajador nuevo ha de ser instruido en relación a la organización de los primeros auxilios y a la actuación que de él se espera si es testigo de un accidente.
  • Se procederá a verificar de forma periódica la cadena de socorro condicionando actuaciones reflejas inmediatas.
  • Se comentarán y evaluarán actuaciones reales.
  • No se dudará en cambiar aquello que no funciona correctamente.

Material y locales de primeros auxilios

En el Anexo VI del RD 486/97, de 14 de abril, sobre lugares de trabajo se establecen las condiciones mínimas de los locales y el material necesario para la prestación de los primeros auxilios.

Dependiendo del riesgo existente en la empresa, del tamaño de la misma y de las facilidades de acceso al centro de asistencia más próximo así como de la fecha de creación de los citados lugares de trabajo, se deberá procurar desde un botiquín portátil hasta una sala especial.

a) Locales de primeros auxilios

Están obligados a disponer de un local específico aquellos lugares de trabajo utilizados por primera vez o que hayan sufrido ampliaciones o transformaciones a partir de la fecha de entrada en vigor del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril y que consten de más de 50 trabajadores o más de 25 teniendo en cuenta la peligrosidad y las dificultades de acceso al centro de asistencia más próximo, si así lo determina la autoridad laboral. Para otras situaciones, consultar el citado RD.

Tanto el material como los locales deberán estar claramente señalizados, conforme al apartado 3.5º del anexo III del Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo. En este sentido, se puede consultar el apartado sobre señalización como medida de Seguridad en el trabajo en PRL.

b) Botiquines

Como consideraciones generales sobre los botiquines destacamos:

  • Han de contener material de primeros auxilios y nada más.
  • El contenido ha de estar ordenado.
  • Se ha de reponer el material usado y verificar la fecha de caducidad.
  • El contenido ha de estar acorde con el nivel de formación del socorrista (usuario)

El contenido mínimo básico de un botiquín de empresa sería:

  • Instrumental básico
    • Tijeras y pinzas.
  • Material de curas
    • 20 Apósitos estériles adhesivos, en bolsas individuales.
    • 2 Parches oculares.
    • 6 Triángulos de vendaje provisional.
    • Gasas estériles de distintos tamaños, en bolsas individuales.
    • Celulosa, esparadrapo y vendas.
  • Material auxiliar:
    • Guantes.
    • Manta termoaislante.
    • Mascarilla de reanimación cardiopulmonar.
  • Otros:
    • Bolsas de hielo sintético.
    • Agua o solución salina al 0,9% en contenedores cerrados desechables, si no existen fuentes lavaojos.
    • Toallitas limpiadoras sin alcohol, de no disponer de agua y jabón.
    • Bolsas de plástico para material de primeros auxilios usado o contaminado.

BOTIQUÍN PORTÁTIL

  • DESINFECTANTES Y ANTISÉPTICOS
  • GASES ESTÉRILES
  • ALGODÓN HIDRÓFILO
  • VENDA
  • ESPARADRAPO
  • APÓSITOS ADHESIVOS
  • TIJERAS
  • PINZAS
  • GUANTES DESECHABLES

LOCALES DE PRIMEROS AUXILIOS

  • BOTIQUÍN
  • CAMILLA
  • FUENTE DE AGUA POTABL
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