Sentencia Civil Nº 662/2011, Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, Sección 1, Rec 1065/2007 de 04 de Octubre de 2011

Administradores sociales. Acción social de responsabilidad. Deber de lealtad y secreto. En las relaciones de gestión en las que el gestor dispone de poderes para afectar la posición jurídica del principal, el ordenamiento impone a aquel en quien el tercero ha depositado su confianza una pluralidad de deberes de entre los que destaca el de lealtad o primacía de los intereses del principal en el eventual conflicto de intereses entre el gestor y quien en él ha confiado, de tal forma que exige la anteposición de los de este sobre los de aquel. Para que exista tal deber es preciso: que la información sea confidencial, que el conocimiento de la información se haya adquirido "como consecuencia del ejercicio" del cargo y que la comunicación sea apta para provocar consecuencias perjudiciales para el interés social. Para que se vulnere el referido deber es preciso: que la información se comunique o divulgue a terceros y que quien recibe la información no tenga derecho a ser informado. El deber de confidencialidad no tiene carácter absoluto y no exige idéntica e indiscriminada reserva frente a todos, de tal forma que admite ser modulado en función de los destinatarios, singularmente cuando se trata de las llamadas operaciones de "tráfico peligroso". El deber de confidencialidad puede exigir se desvelen informaciones cuya ocultación precisamente pueda ser perjudicial para los intereses de la sociedad.