Sentencia Penal Nº 61, Audiencia Provincial de Pontevedra, Rec 1060 de 09 de Noviembre de 2000

DELITO CONTRA LA SEGURIDAD DEL TRÁFICO Y DESOBEDIENCIA El acusado conducía su vehículo con las facultades de atención reflejos notoriamente mermadas a consecuencia de las abundantes bebidas alcohólicas que había ingerido, que le incapacitaban para manejar el vehículo con las indispensables garantías para la seguridad de los demás usuarios y la suya propia, circulando a una velocidad anormalmente moderada y dando bandazos. Cuando se percató de la presencia policial, aceleró, iniciándose una persecución, dejando abandonado el acusado su vehículo, mientras uno de los agentes permanecía junto al vehículo el otro procedió a la localización del conductor, encontrándole y negándose en un primer momento a ser identificado y siendo trasladado a continuación a las dependencias de la Policía Local. El acusado se negó a someterse a las pruebas de alcoholemia. En el juicio oral participan como testigos los dos agentes que elaboran el  atestado, frente a este testimonio, en principio no puede desecharse la versión del acusado pero lo cierto es que o bien es meramente negativa de los hechos o bien presenta explicaciones que no resultan en absoluto probadas y además no son creíbles. Se cumplen todos los requisitos de la desobediencia porque los agentes requieren formalmente al acusado con ese fin y además le advierten de la consecuencias de la negativa. El acusado reconoce esa negativa, al tiempo que reitera su improbada versión de los hechos, por lo que es clara su voluntad de no practicar la prueba.