Dictamen de Consell Juridic Consultiu de la Comunitat Valenciana 2012/0700 del 6 de septiembre de 2012
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Dictamen de Consell Juridic Consultiu de la Comunitat Valenciana 2012/0700 del 6 de septiembre de 2012

Tiempo de lectura: 109 min

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Órgano: Consell Juridic Consultiu de la Comunitat Valenciana

Fecha: 06/09/2012

Num. Resolución: 2012/0700


Cuestión

Responsabilidad patrimonial extracontractual de la Generalitat.

Contestacion

Procedencia: Conselleria de Sanidad.

Materia: Responsabilidad patrimonial extracontractual.

Dictamen: Detalle del dictamen seleccionado

DICTAMEN

2012/0700.

Aprobado por el Pleno el 6 de septiembre de 2012.

ASUNTO

Responsabilidad patrimonial extracontractual de la Generalitat.

PROCEDENCIA

Conselleria de Sanidad.

MATERIA

Responsabilidad patrimonial extracontractual.

ANTECEDENTES

Del examen del expediente remitido se desprende lo siguiente:

Primero.- El expediente se inició por escrito presentado el 25 de octubre de 2010 por el Dr. D. J. R. M. C, Jefe de Sección de Otorrinolaringología (ORL) en el Hospital G. de E., en el que formula reclamación de responsabilidad patrimonial por acoso laboral, por parte de la Dirección del citado Hospital G. de E..

En su escrito de reclamación -que se recoge posteriormente en consideraciones- el reclamante refiere un "acoso continuado" en su actividad profesional. El interesado solicita, en concepto de indemnización, 240.000 euros por daños psíquicos y morales por acoso laboral.

Segundo.- Durante la instrucción del procedimiento se han incorporados los informes siguientes:

- Informe de la Dirección General de Recursos Humanos, de 11 de enero de 2011.

- Informe de la Gerencia del Departamento nº 18 de Elda, de 11 de mayo de 2011.

- Informe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales.

- Informe del Médico Inspector.

Tercero.- Concluida la instrucción del procedimiento se concedió trámite de audiencia al interesado, quien presentó alegaciones reiterando su derecho a ser indemnizado.

Obra propuesta de resolución desestimatoria de la reclamación formulada por D. J. R. M. C..

Cuarto.- Consta en el expediente que el reclamante presentó denuncia ante el Juzgado de Instrucción nº 2 de A., contra el gerente del Hospital G. de E., "por un presunto delito contra la integridad moral".

El Juzgado de Instrucción nº 2 de A. dictó Auto de 15 de junio de 2008, por el que declaró que los hechos denunciados "no revisten la entidad suficiente como para considerar que estemos ante un ilícito penal...", si bien ordena la incoación de un juicio de faltas por si la alusión al querellante como "vago" fuera constitutiva de infracción penal por injurias, dando lugar al juicio de faltas nº 199/2009.

D. J. R. M. C. interpuso contra el citado Auto de 15 de junio de 2008 Recurso de Reforma que fue desestimado por Auto del Juzgado de Instrucción nº 2 de 28 de octubre de 2008; y recurso subsidiario de Apelación que fue igualmente desestimado por Auto de 23 de febrero de 2009 de la Audiencia Provincial de A.,"por cuanto de los hechos objeto de denuncia no se desprende un trato degradante que menoscabe gravemente su integridad moral pues no se apreció una persecución sistemática o acoso moral que constituya una violencia psicológica extrema contra el querellante en el desarrollo de su trabajo como Jefe de Sección del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital G. de E.".

Por escrito de 9 de diciembre de 2009, el ahora reclamante desistió ante el Juzgado nº 2 de Elda del juicio de faltas nº 199/2009 por injurias.

Y encontrándose el procedimiento en el estado descrito, el Honorable Sr. Conseller de Sanidad remite el expediente para dictamen por este Consell.

CONSIDERACIONES

Primera.- El dictamen se emite de acuerdo con el artículo 10.8.a) de la Ley 10/1994, de 19 de diciembre, de creación del Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana.

Segunda.- El procedimiento ha sido instruido al amparo de lo dispuesto en el Título VI de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común, y en el Reglamento aprobado por Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, cumpliéndose los distintos trámites en él previstos.

Respecto al plazo de ejercicio de la acción, consta en el expediente, como se ha indicado con anterioridad, la interposición por D. J. R. M. C. de una denuncia penal -por los mismos hechos objeto de la presente reclamación por responsabilidad patrimonial- ante el Juzgado de Instrucción nº 2 de A.. Dicho Juzgado dictó Auto de 15 de febrero de 2008 por el que declaró los hechos denunciados no constitutivos de delito; el citado Auto fue confirmado por Auto de la Audiencia Provincial de A. de 23 de febrero de 2009.

Pero no consta en el expediente la fecha de notificación al interesado del citado Auto de la Audiencia Provincial a los efectos de comprobar si la reclamación por responsabilidad patrimonial presentada por el hoy reclamante el 25 de octubre de 2010, pudiera haberse presentado fuera del plazo establecido en el artículo 142.5 de la Ley 30/1992, computado el plazo de un año desde la notificación de la expresada resolución penal.

Por otro lado, los informes médicos aportados por el reclamante justificativos del daño psicológico por el supuesto "acoso laboral" datan de 28 de junio de 2007 y 15 de diciembre de 2007, por lo que computado el plazo de un año para el ejercicio de la acción por responsabilidad patrimonial desde tales fechas, resultaría prescrita la citada acción.

No obstante, atendiendo a que el reclamante alega un hecho continuado de acoso laboral cuyos efectos pueden persistir, se estima que la reclamación presentada en fecha 25 de octubre de 2010, se ha formulado en plazo.

Tercera.- Este Consell Jurídic Consultiu ha venido sosteniendo (554/2010, entre otros) que en los supuestos de mobbing en que los daños alegados se hubieran producido en el seno de una relación especial de sujeción con la Administración -funcionarial o laboral- nos encontraríamos ante el ejercicio de una acción de resarcimiento de daños y perjuicios por parte de un empleado al servicio de la Administración, y no ante el ejercicio de la acción de responsabilidad patrimonial.

Dichas reclamaciones tienen su fundamento indemnizatorio actualmente en el artículo 14 d) de la Ley 7/2007 de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, ya que se trata de daños sufridos por el personal al servicio de la Administración Pública durante el desempeño de sus funciones.

Y al no existir cauce procedimental específico para las acciones que tienen por objeto la reclamación de daños sufridos por el personal al servicio de la Administración Pública durante el desempeño de sus funciones, resultan de aplicación las prescripciones que con carácter general se contienen en el Título VI de la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

Por otro lado, el Consejo de Estado ha venido manteniendo que en solicitudes de indemnización de daños y perjuicios el procedimiento de responsabilidad patrimonial o de indemnización de daños y perjuicios no es un instrumento adecuado para constatar y declarar, de forma autónoma, la existencia de un ilícito administrativo constitutivo de tal acoso. Así entre otros en su Dictamen 359/2009, entre otros, señalaba lo siguiente: "este Consejo ha destacado que todas las cuestiones relativas a la prueba fáctica de tal acoso y a su calificación jurídica encuentran su vía adecuada a través, ya sea de procedimientos disciplinarios en los que se analice la eventual actuación acosadora de cargos o funcionarios públicos, ya sea de procedimientos de impugnación de actos o decisiones que se entiendan acreditadores y reveladores de una situación de acoso.

Por lo mismo, ya se ha sentado que no es posible pretender que, a través de expedientes dedicados a dilucidar responsabilidades patrimoniales, se lleve a cabo, sin las debidas garantías de los afectados, un juicio inquisitorio sobre las conductas o actuaciones desarrolladas en el seno de las Administraciones públicas.

En consecuencia, sólo declarada y reconocida previamente la situación de acoso, podría llegar a solicitarse con base en ella una indemnización por los daños y perjuicios ocasionados a la persona que ha sufrido ese acoso".

Sin embargo, y como ya se expuso en el Dictamen 251/2012, de 8 de marzo, de este Consell Jurídic, dicha doctrina no es la que viene manteniendo los Tribunales de Justicia que admiten, sin objeción, las reclamaciones por responsabilidad patrimonial de la Administración, por omisión, en los supuestos de acoso laboral o psicológico ("mobbing"), sin necesidad de ningún previo expediente disciplinario (S. Audiencia Nacional de 15 de octubre de 2008 y 26 de febrero de 2010, STJ de Castilla-La Mancha nº 160/2008 y nº 131/2011; STSJ de la Comunidad Valenciana nº 842/2010; STS de 16 de febrero de 2011, entre otras).

Concretamente, la Audiencia Nacional en Sentencia de 18 de mayo de 2011, recurso nº 60/2009, afirmó lo siguiente:

"1.- Yerra la Administración, cuando considera en la resolución impugnada, que el procedimiento de responsabilidad patrimonial no es apto para apreciar la existencia de mobbing o acoso laboral, como que igualmente es preciso incoar un previo procedimiento que depure la responsabilidad disciplinaria del causante directo de dicho acoso. Tales consideraciones carecen de un mínimo apoyo legal o jurisprudencial que las fundamente, siendo así que lesionaría el derecho a la tutela judicial efectiva exigir al actor que agote un previo procedimiento disciplinario contra el presunto responsable, con todas las posibles instancias por las que puede pasar, pues tal exigencia es desproporcionada con el fin pretendido.

2.- Sin embargo, en la medida en que se hable de responsabilidad de la Administración por consentir que un funcionario o agente de la Administración haya acosado a otro es una responsabilidad por omisión, es preciso que exista un conocimiento de tal situación por parte de la Administración, y por tanto, venga acompañada de una decisión de no actuar evitando tal conducta de acoso para que pueda reconocerse que exista responsabilidad patrimonial de la Administración. Así lo indicamos en nuestras sentencias de fecha 25 de noviembre de 2.009, recurso 389/2007, o 15 de octubre de 2.008, recurso 160/2007".

De conformidad con la precitada doctrina jurisprudencial nada obsta a la admisión y examen de la reclamación formulada por D. J. R. M. C. frente a la Administración Pública por "acoso laboral".

Cuarta.- Dicho lo anterior, el reclamante formula en su primer escrito presentado el 25 de octubre de 2010 reclamación por responsabilidad patrimonial por "mobbing laboral", derivado -a su juicio- de una actitud de menosprecio continuado por parte de la Dirección del Hospital G. de E. que le ha ocasionado daños psíquicos y morales que cuantifica en 240.000 euros.

Al respecto, es de señalar que la nota esencial del régimen de responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas es su carácter objetivo o de resultado (por todas, STS de 8 de febrero de 2001), de manera que lo relevante no es el proceder antijurídico de la Administración, sino la antijuridicidad del resultado o lesión, lo cual supone que aún en condiciones de normalidad del servicio público, la obligación de indemnizar el daño surge con total independencia de la valoración reprobable de la conducta que lo pudiera haber causado, y su antijuridicidad o ilicitud se produce por la mera inexistencia, en el particular lesionado, del "deber jurídico de soportarlo de acuerdo con la ley" (artículo 141.1 de la Ley 30/1992), debiendo identificarse el servicio público con toda actuación, gestión, actividad o tarea propias de la función administrativa que se ejerce, incluso con la omisión o pasividad, con resultado lesivo, cuando la Administración tiene el concreto deber de obrar o comportarse de determinado modo (STS de 18 de abril de 2007), homologándose como servicio público a los fines del artículo 106.2 de la Constitución toda actuación, gestión, actividad o tareas propias de la función administrativa que se ejerce, incluso por omisión o pasividad, con resultado lesivo (STS de 12 de julio de 2007).

Más en concreto, y en relación con el denominado "mobbing" o acoso moral o psicológico en el ámbito de la relación funcionarial, la STSJ de Andalucía, de 9 de junio de 2005, pone de manifiesto que la doctrina jurisprudencial "ha resuelto pacíficamente de forma positiva la posibilidad jurídica de la producción de supuestos de responsabilidad patrimonial de la Administración no sólo en relaciones externas con terceros ciudadanos, y así lo expresó el Tribunal Supremo en Sentencia de 10 de abril de 2000, remitiéndose a la Sentencia de 24 de febrero de 1994, que indicaba: Por eso importa subrayar que el sujeto activo de la relación jurídica de responsabilidad extracontractual por funcionamiento de un servicio público puede ser lo mismo un sujeto público que uno privado y de este tipo, un simple particular o un servidor público".

Las Directivas de la Unión Europea, la 43/2001, de 29 de junio, y la 78/2001, de 27 de noviembre, al referirse al acoso moral, desde la perspectiva jurídica de la igualdad de trato en el empleo y con independencia del origen étnico, lo consideran como una conducta de índole discriminatoria que atenta contra la dignidad de la persona y crea un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante y ofensivo.

En este sentido, en la Sentencia del TSJ de Castilla y León nº 2491/2011 se señala que "El acoso laboral precisa de una efectiva y seria presión psicológica, bien sea ésta de un superior o de un compañero -acoso vertical y horizontal- que sea sentida y percibida por el trabajador acosado al que causa un daño psíquico real que le hace perder la posibilidad de una normal convivencia en su propio ámbito profesional. A veces, las prácticas de acoso u hostigamiento suponen un estilo de gestión que busca la clave del éxito empresarial en la obediencia al jefe o líder de la organización. (Molina Navarrete). Se trataría de una forma de dominio sobre las personas, erradicado en el mundo civilizado, en la que el poder ha de ocultarse para poder seguir ejercitándose.

Intencionalidad y sistemática reiteración de la presión (Leymann, en términos generales lo concreta en una vez por semana durante al menos seis meses) son requisitos necesarios para poder hablar de acoso moral en el trabajo, en el que, a semejanza del reino animal, miembros débiles de una misma especie se coaligan contra un individuo más fuerte al que, por diversos motivos, se ataca y excluye de la Comunidad".

Además, la doctrina judicial (así, STSJ de Madrid de 27 de noviembre de 2006 y de 12 de junio de 2007) suele citar al respecto la definición de mobbing dada por el grupo de estudio de Violencia en el Trabajo, de la Comisión Europea, como "el comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores jerárquicos a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataques sistemáticos y durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío".

Por su parte, en el Orden Social de la Jurisdicción se ha venido abordando y perfilando esta institución, en los términos recogidos en la Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana nº 3244/2010, de 24 de noviembre de 2010, a cuyo tenor: "(...) siguiendo la doctrina general del Tribunal Supremo sobre el acoso laboral -SSTSJG 09/07/07 R. 4490/04, 27/09/06 R. 3849/06, 29/09/05 R. 3812/05, 11/04/03 R. 820/03 y 12/09/02 AS 2603- que, en el ámbito especializado -médico y jurídico-, se define el acoso laboral ?mobbing? como aquella conducta abusiva o violencia psicológica al que se somete de forma sistemática a una persona en el ámbito laboral, manifestada especialmente a través de reiterados comportamientos, palabras o actitudes que lesionen la dignidad o integridad psíquica del trabajador y que pongan en peligro o degraden sus condiciones de trabajo. Actitudes de hostigamiento que conducen al aislamiento del interesado en el marco laboral, produciéndole ansiedad, estrés, pérdida de autoestima y alteraciones psicosomáticas, y determinando en ocasiones el abandono de su empleo por resultarle insostenible la presión a que se encuentra sometido. En definición oficial -Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo- se trata de «aquella situación en la que una persona o un grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática (al menos, una vez por semana) durante un tiempo prolongado (más de seis meses) sobre otra persona en el lugar de trabajo».

Se trata de un fenómeno laboral muy antiguo, aunque de reciente actualidad, que es contrario al principio de igualdad de trato, tal como se define en los artículos 3, 4 y 5 de la Directiva Comunitaria 76/207 (09/Febrero), que vulnera el derecho a la integridad moral y la interdicción de tratos inhumanos o degradantes que consagra el artículo 15 CE, y que ?en el ámbito normativo laboral? desconoce el derecho que a todo trabajador reconoce el artículo 4.2.e) ET, para que se le respeten su intimidad y la consideración debida a su dignidad. Derechos básicos cuya infracción por parte empresarial no puede sino ser calificada como grave incumplimiento de las obligaciones contractuales, en términos que ciertamente justifican ?incluso, siquiera no sea este el caso? la extinción del contrato por voluntad del trabajador-ex artículo 50.1.a) y c) ET.

Los mecanismos del mobbing -en sus variedades vertical y horizontal- admiten pluralidad de formas que van desde las actitudes más groseras y violentas (bullying) a las técnicas de mayor sutileza (medidas organizativas del trabajo que resulten peyorativas para el afectado, actitudes de aislamiento en el seno de la empresa, críticas, rumores o subestimaciones- y pueden tener por sujeto activo tanto a compañeros de trabajo (mobbing horizontal) como al personal directivo (bossing), el que incluso puede ser sujeto pasivo (mobbing vertical ascendente); aunque sin duda, el más característico y usual es el que parte de una relación asimétrica de poder (mobbing vertical descendente). Pero, en todo caso, la situación de acoso laboral requiere determinados componentes objetivos (sistematicidad en la presión, relación de causalidad con el trabajo, falta de amparo en el poder de dirección y elemental gravedad) y subjetivos (intencionalidad denigratoria y carácter individualizado -que no colectivo- del destinatario). Requisitos que han de servir para diferenciar esta figura de otras afines, cual es el «síndrome del quemado» (burn-out, o estrés laboral avanzado que se caracteriza por síntomas de cansancio emocional y sentimiento de inadecuación o frustración profesional); o el mobbing subjetivo o falso, en los que las percepciones personales del trabajador no se corresponden con los datos -objetivos y subjetivos- que están presentes en el desarrollo de su actividad laboral, en la que faltan los referidos elementos que caracterizan el acoso moral. Pero en todo caso, los citados elementos del acoso nos permiten distinguir entre lo que propiamente es hostigamiento psicológico y lo que resulta defectuoso ejercicio -abusivo o arbitrario- de las facultades empresariales, pues en el primero se agreden derechos fundamentales de la persona -básicamente su dignidad e integridad moral-, en tanto que el segundo se limita a comprometer estrictos derechos laborales; diferencia que incluso puede predicarse de la motivación, dado que en el hostigamiento se aprecia intención de perjudicar al trabajador y en el ejercicio indebido de la actividad directiva prima el interés -mal entendido- empresarial".

Por lo demás, la anterior doctrina sobre el acoso moral tomada fundamentalmente de la jurisdicción social es perfectamente trasladable al ámbito del derecho administrativo -STSJ de Andalucía de 9 de junio de 2005, y STSJ de Castilla y León nº 2491/2011, entre otras- pues, como en dichas sentencias se señala, el carácter estatutario y no laboral de la relación que une al funcionario con la Administración Pública, no puede impedir, en forma alguna, la persecución de las conductas acosadoras.

En efecto, ya en el orden jurisdiccional contencioso-administrativo y respecto de la figura del acoso psicológico o moral en el trabajo o, en términos anglosajones, "mobbing", y sus diversas variantes, la STSJ de Valencia de 21 de noviembre de 2006 señala que "Esta práctica ha sido definida por los expertos como una situación en la que se ejerce una violencia psicológica, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente que esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo. En concreto se denomina a esta práctica "bossing" (palabra que proviene de 'boss' -patrón o jefe-), cuando tales prácticas no se desarrollan entre iguales sino que la víctima ocupa una posición de inferioridad, ya sea jerárquica o de hecho, respecto del agresor. En concreto, se ha afirmado que una de las prácticas de 'bossing' consiste en la 'política de empresa' de persecución o acoso respecto de un trabajador o trabajadores por motivos de reorganización, de reducción de personal, etc., o con el simple objetivo de eliminar trabajadores incómodos. Recientemente el término ha sido descrito por un grupo de expertos de la Unión Europea como "un comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado/a es objeto de acoso y ataques sistemáticos y durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío".

En la Sentencia del Tribunal Supremo de 16 de febrero de 2011, recurso nº 593/2008, se señala que "(...) se define el acoso laboral -mobbing- como aquella conducta abusiva o violencia psicológica a que se somete de forma sistemática a una persona en el ámbito laboral, manifestada especialmente a través de reiterados comportamientos, palabras o actitudes que lesionen la dignidad o integridad psíquica del trabajador y que pongan en peligro o degraden sus condiciones de trabajo. Actitudes de hostigamiento que conducen al aislamiento del interesado en el marco laboral, produciéndole ansiedad, estrés, pérdida de autoestima y alteraciones psicosomáticas, y determinando en ocasiones el abandono de su empleo por resultarle insostenible la presión a que se encuentra sometido. Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo se trata de «aquella situación en la que una persona o un grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática (al menos, una vez por semana) durante un tiempo prolongado (más de seis meses) sobre otra persona en el lugar de trabajo»".

En la Sentencia de 1 de junio de 2011 de la Audiencia Nacional, recurso de casación nº 1042/2009, FJ Tercero, se indica que "Este mismo Tribunal en sentencias, entre otras, 4 de marzo de 2005, recurso 201/2004 y de 7 de mayo de 2008, recurso 181/2007 , ha venido estableciendo que el denominado 'acoso moral' y en concreto en la particular práctica que se denomina en términos anglosajones 'mobbing', ha sido definida por los expertos como una situación en la que se ejerce una violencia psicológica, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente que esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo. En concreto se denomina a esta práctica 'bossing' (palabra que proviene de 'boss' -patrón o jefe-), cuando tales prácticas no se desarrollan entre iguales sino que la víctima ocupa una posición de inferioridad, ya sea jerárquica o de hecho, respecto del agresor. En concreto, se ha afirmado que una de las prácticas de 'bossing' consiste en la 'política de empresa' de persecución o acoso respecto de un trabajador o trabajadores por motivos de reorganización, de reducción de personal, etc., o con el simple objetivo de eliminar trabajadores incómodos.

Recientemente el término ha sido descrito por un grupo de expertos de la Unión Europea como 'un comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado/a es objeto de acoso y ataques sistemáticos y durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío'.

La proyección del acoso moral en el ámbito de las relaciones entre funcionarios en el ámbito de la Administración pública su razón de ser se encuentra, como dice la Sentencia de esta misma Sala, de fecha 18 de febrero de 2009, 'En este caso el estándar jurídico de funcionamiento del servicio se deduce directamente de los preceptos que en la Ley de Funcionarios Civiles de 1964 (artículo 63.1.2º), o actualmente, en el Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto básico del empleado público (artículos 14.h) y 53.4) prevén que los funcionarios tienen derecho a que se respete su intimidad y a la debida consideración hacia su dignidad; e indirectamente se deduce ese estándar de la tipificación como infracción disciplinaria de aquellas conductas que infrinjan ese derecho (cf. artículo 31.1.b) de la Ley 30/84, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública y artículo 95.2.b) del Estatuto)".

Son, por tanto, elementos básicos "de este anómalo proceder humano", de una parte -STSJ de Castilla y León, de nº 2491/2011, de 2 de noviembre- "la intencionalidad o elemento subjetivo, orientado a conseguir el perjuicio a la integridad moral de otro, aunque no se produzca un daño a la salud mental del trabajador (el concepto de integridad moral es distinto del de salud) requisito éste siempre exigido en este irregular comportamiento o actitud y, de otra parte, la reiteración de esa conducta de rechazo que se desarrolla de forma sistemática durante un período de tiempo. Lo importante es que el comportamiento sea objetivamente humillante, llevando así implícito el perjuicio moral, pues si se piensa que el acosador puede ser un enfermo y no por tanto responsable de sus actos, la búsqueda del resultado de humillación o vejación es un elemento normal de este comportamiento, pero no necesario. (Rojas Rivero)".

El acoso moral debe tener, siempre, unos perfiles objetivos como son los de las sistematicidad, la reiteración y la frecuencia, requisito este el de la permanencia en el tiempo tradicionalmente aceptado en nuestra doctrina judicial (STSJ País Vasco 20-4-02, STSJ Galicia 8-4-03, STSJ Canarias/Las Palmas 28-4-03) y al propio tiempo, otros subjetivos como son los de la intencionalidad y el de la persecución de un fin.

A modo de conclusión, y de conformidad con la precitada doctrina, los elementos que se requieren para que se produzca mobbing, STSJ de Castilla y León, nº 2491/2011, son los siguientes:

"a) Un elemento material consistente en la conducta de persecución u hostigamiento, sistemático y planificado, injustificados de un sujeto activo (compañero de trabajo, superior o subordinado) a un sujeto pasivo en el marco de una relación laboral o funcionarial, exigiendo la reciente STS de 16 de febrero de 2011 el carácter individualizado -que no colectivo- del destinatario.

b) Un elemento temporal o de habitualidad. La conducta hostil debe ser sistemática y reiterada en el tiempo. Aunque los hechos sean leves aisladamente considerados, adquieren gravedad con la reiteración. Se excluyen los hechos esporádicos, y

c) Un elemento intencional. La conducta hostil debe ser intencionada o maliciosa. Se excluyen los hechos imprudentes o casuales".

Por consiguiente, procede examinar en el presente supuesto, y en el marco de la precitada doctrina, la relación de causalidad como presupuesto indispensable para poder dilucidar si ha existido responsabilidad patrimonial, lo que se analiza en la consideración siguiente.

Quinta.- En el análisis de la cuestión de fondo, y atendiendo a la antecitada doctrina sobre el denominado "mobbing", hemos de partir de los hechos y documentos que constan en el expediente remitido.

A tal efecto, el reclamante sustenta su acoso psicológico o "mobbing" en los términos siguientes, de forma resumida:

- El compareciente es Jefe de Sección de Otorrinolaringología (ORL), en el Hospital G. de E., por oposición celebrada el año 1982.

- Entiende el reclamante que, en tal condición y con fundamento en la normativa competencial que cita, le corresponde ejercer las funciones que señala, todas ellas tendentes a la mejor utilización de recursos y del personal adscrito, en aras del funcionamiento del servicio, y que la Dirección del hospital viene obstaculizando el cumplimiento de tales cometidos, como seguidamente expone.

- Relata que ha sido objeto de amenazas por parte del doctor M., así como que la Dirección le indica que debe 'llevarse bien' con aquél -'que ha recibido un toque de alguien importante'-.

A partir de este momento el Dr. M. no asiste a las sesiones clínicas que se convocan en el departamento de ORL, y además, es él quien recibe llamadas de atención de la dirección ya que, el reseñado doctor M., a su vez, le acusa a él de mobbing.

- Se inicia según el reclamante una campaña de desprestigio que se extiende al resto del equipo, creándose un clima de indisciplina.

Indica que el Dr. G. es eximido de realizar guardias en el mes de junio de 2005.

Que en el mes de noviembre de 2005, se intercambian escritos y actuaciones con el director del Hospital D.. L.

Que el 20 de diciembre de 2005 envía escrito al director territorial, solicitando su intervención, mediación y arbitraje, sin que se reciba contestación alguna.

Que el 20 de febrero de 2006 se expulsa de la consulta de ORL, a la esposa del compareciente, D. M. C., ATS, con larga experiencia, quien causa baja por depresión.

- Describe que a lo largo de 2006 se suceden actuaciones y reuniones que fomentan la indisciplina y en la que la dirección, siendo permisiva con los otorrinos díscolos, concretamente en la autorización de horarios, ausencias y permisos, le acusa a él de incumplimientos.

Por el contrario, al reclamante se le niega el permiso para asistencia al Congreso Nacional de ORL los días 2 y 3 de octubre de 2006.

En concreto se refiere al 18 de octubre de 2006, en relación con comunicación al compareciente desde la Dirección del Hospital, que califica de clara ingerencia en su actividad, tendente a sustituir la organización a llevar a cabo por la Jefatura de Sección, y con la que, a su juicio, se pretende dar satisfacción a algunos miembros integrantes del equipo para que organicen su trabajo de forma autónoma y sin su supervisión (folio 6 y 7).

Al respecto, reitera una sede de actuaciones contra él -a las que ya ha hecho referencia- y entre las que cabría destacar las relativas a su sustitución en la organización de la programación de pacientes para las intervenciones quirúrgicas, o que no se le asigne un 3er. cirujano para sus intervenciones, con discriminación respecto de los restantes facultativos. Así mismo destaca el caso de una paciente a la que se pretendía que interviniera siendo que en tal momento no aparecía su historia clínica ni pruebas previas realizadas.

Desde este momento, según el compareciente, comienza un auténtico caos, ya que nadie quiere hacerse cargo de la lista quirúrgica de casos difíciles, coaccionándole la Dirección reiteradamente y por escrito para que los asuma él, sin tener en cuenta su estado de salud y edad, y reiterando los supuestos, por lo demás ya señalados, de los que, a su juicio, se desprende dicha desorganización.

En particular se refiere a la ausencia de sesiones clínicas, por no haberlas planificado la Dirección en su organización del Servicio, cuestión que el interesado hace notar a ésta ya entrado el año 2007, y añade que, se entiende que a las que realiza por su parte, no asisten los otros facultativos ?salvo el Doctor P.? situación que se mantiene en 2008. Al parecer los restantes Otorrinos se reúnen en otro lugar, con el beneplácito de la Dirección.

Indica que, de nuevo, todos estos hechos se vuelven a poner en conocimiento del director territorial de la Conselleria de Sanidad, mediante escrito de 24 de noviembre de 2006, reiterado en fecha 21 de septiembre de 2007 los cuales no fueron objeto de contestación alguna.

A partir del 2 de octubre de 2007, entiende el interesado que se produce una nueva agresión contra él, al incluírsele en el cuadro de guardias obligatorias, a pesar de que, por razones de edad y situación física, estaba dispensado de ello. Ello motivó un primer recurso contencioso-administrativo, del que conoció el Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 2 de A., dictando resolución por la que se estimó el referido recurso y se dejó sin efecto la obligatoriedad de atribución de guardias al compareciente.

En el mes de diciembre de 2006 se le incoa expediente sancionador por la Dirección General de Recurso Humanos, atribuyéndole una programación arbitraria del Servicio de ORT, por exclusión de determinados Facultativos de la actividad en quirófanos, y relegándolos a la consulta de ORL del Centro de Especialidades de E. y S. I. de V., lo que provoca una mayor demora en el Hospital, e imputando a quien comparece que figuraba en el parte de quirófano los días 14/07/2006 y 29/09/2006, diciendo que no acudió y no pudo ser localizado, aludiendo a que retrasa reuniones del Servicio, y que se asigna días que denomina gestión de servicio, y aludiendo a supuestas descalificaciones profesionales de otros Facultativos del Servicio.

El expediente, dice, fue sobreseído, lo cual es una muestra más de su acoso y persecución por parte de la dirección del Hospital de E..

Añade que sucesivamente se le incoa un segundo expediente en donde se acusa al compareciente de ocho cargos, en el que destaca que se nombrare a una Inspectora interina como instructora, lo cual claramente a su juicio supone dependencia de la autoridad que la nombró, al no tener la condición de personal fijo de la Administración. En dicho expediente se le suspendió provisionalmente de funciones, levantándose dicha suspensión en el momento se pone de manifiesto que la suspensión definitiva propuesta ya iba a quedar cumplida con la suspensión provisional.

Tras una instrucción que considera falta de garantías y lesiva para sus intereses, se dictó resolución sancionadora parcial por las faltas que se estiman probadas, y no otras, recurriendo el compareciente en vía jurisdiccional y dictándose sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 4 de A., favorable al interesado en la que se deja sin efecto la sanción que se le habla impuesto y que sólo afectaba a uno de los numerosos cargos que fueron motivo para la incoación del referido expediente sancionador. La Administración interpuso, en su opinión, sin existencia de motivo procesal, recurso contra aquélla, el cual no fue admitido a trámite por el TSJ-CV.

Entiende el compareciente que en el proceso y vista del asunto se le trató claramente con animosidad y desprecio, particularmente por compañeros suyos, y en concreto por el nombrado exclusivamente 'a dedo', a una segunda Jefatura de Sección, al privarle de sus funciones y mantenerle en el más completo ostracismo profesional.

El compareciente tiene un limitado despacho; no es citado a las reuniones científicas; no es consultado absolutamente para nada; se le imponen, además caprichosamente, los actos médicos en los que debe intervenir, y no se tiene en cuenta sus méritos y experiencia, así como que, en definitiva, se están primando más los intereses particulares de algunos de los miembros del Departamento, que tienen especial empeño, eludiendo la necesaria estancia en el centro hospitalario, acudir a sus intervenciones privadas en otros centros hospitalarios de tal naturaleza, lo cuál le reporta importantes beneficios, que en atender, en definitiva, al paciente que acude al Departamento, mediante una práctica de la medicina de forma racional, ordenada y lógica.

Simultáneamente a lo relatado y, en concreto, en el mes de octubre del año 2007, pese a que el informe de la Junta de Personal se pronuncia en contra, se propone por la Dirección y se autoriza por Recursos Humanos, en junio de 2008, dotación económica que, según el Director, es para una segunda Jefatura de Sección ORL, lo cuál está pendiente de comprobación, toda vez que no se designa tal partida presupuestaria para la creación de tal plaza, y no hay denominación concreta en la relación de puestos de trabajo.

Desde el mes de octubre de 2006 a junio de 2009 el compareciente señala que sufre varias bajas por depresión y stress laboral En el mes de diciembre de 2006 es evaluado por el Servicio de Salud Laboral que determina una limitación física para su trabajo habitual, con adaptación al puesto de trabajo, y en julio de 2007 una limitación de orden psicológico (tratamiento médico de la depresión) para realizar guardias.

Reitera que a la reincorporación del compareciente tras su suspensión disciplinario, el trato por los otros miembros del Servicio de OTR y por la dirección del centro, no solo no ha cambiado sino que se ha intensificado, incluso ampliado al personal ayudante y subalterno, siguiendo para ello instrucciones concretas de la referida dirección.

Señala también que la dirección le difama constantemente en público, de lo que hay numerosos testigos que por su parte se presentarán en el trámite probatorio.

Por último, señala que también se le han producido daños de orden profesional lo cual le ha impedido, a modo de ejemplo, presentarse a dos concursos de traslado en la Comunidad Valenciana, de 10 de mayo de 2007 y 30 de septiembre de 2009, al estar incurso en expedientes disciplinarios que no han resultado con resolución contraria al compareciente.

Del relato de los hechos formulado, se desprende la imputación a la Administración de los daños y perjuicios causados, al indicarse que 'Todo esto viene a configurar como concretaremos, una situación de acoso laboral, que ha sido sancionada en numerosas ocasiones no sólo por la doctrina legal que se invocará sino también por la doctrina jurisprudencial

Es por ello por lo que el compareciente promueve el correspondiente expediente en exigencia de responsabilidad patrimonial a la Administración'".

Al respecto, obra Informe de la Dirección General de Recursos Humanos, de 11 de enero de 2011 (folios 597 a 602) en el que se analizan las distintas alegaciones efectuadas por el reclamante D. J. R. M. C., en los términos siguientes:

"Los asuntos denunciados por el Dr. M. en relación con la actividad profesional de los Dres. M., G., M...., la exclusión de la consulta de ORL de Doña M. C. (ATS, esposa del Dr. M.), el cambio de organización del servicio de ORL en 2006 por la dirección del hospital, la negativa a que asista al congreso de ORL los días 2 y 3 de octubre de 2006, la actitud de menosprecio y de acoso continuado, etc. sólo pueden ser contestados por los órganos directivos del hospital así como por los facultativos a que se refiere el Dr. M..

En la resolución de 10-12-08, del expediente disciplinario 9/08, Fundamento de Derecho 1, se hace referencia al clima laboral de conflicto que afectaba al servicio de ORL del hospital de E., así como a las razones expresadas por los órganos directivos para justificar el control ejercido sobre el Dr. M. en cuanto a la organización del servicio.

El Dr. M. alega razones de acoso en la resolución de 20-6-07 por la que se deja sin efecto la exención de guardias, a pesar de los informes del servicio médico de personal.

La sentencia 477/08, de 18 de noviembre (Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 2 de A.) reconoce que por resolución de la Administración de 20-11-07, se deja sin efecto la resolución de 20-6-07, a la vista del informe de riesgos laborales.

Cabe señalar que en el informe clínico laboral de 13-8-07 (por lo tanto, posterior a la resolución de 20-6-07) se recomienda que 'en base a los informes médicos realizados por otros especialistas y aportados por el trabajador no realice guardias localizadas'.

Este informe completa el de 19-12-06: 'apto con limitación en el momento actual para realizar tareas que impliquen sobrecarga y/o posturas forzadas de columna cervical de forma prolongada'.

Es decir, cuando la dirección del hospital conoce los informes médicos aportados por el interesado, deja sin efecto la resolución de guardias.

El expediente disciplinario al que en este apartado hace referencia el Dr. M. es el 35/2006, incoado por resolución del Director General de Recursos Humanos de 12-12-06.

El expediente no fue sobreseído (como manifiesta el Dr. M.), sino archivado, por resolución del Director Gerente de la AVS de 17-3-08, al declararse la caducidad del mismo, la cual había sido solicitada por el interesado (antecedente 8 de la resolución citada)

Ambas resoluciones obran en la documentación aportada por el interesado.

El expediente disciplinario al que hace referencia el Dr. M. es el 9/2008, incoado por resolución del Director General de Recursos Humanos de 30-1-8.

Se nombra instructora a Dña. M D. C. A., médica inspectora. El Dr. M. considera que la condición de funcionaria interina supone una clara dependencia con la Dirección del Hospital y la Dirección Territorial de la Conselleria de Sanidad. Esta consideración no es admisible ya que el nombramiento de instructor en un expediente se hace a propuesta del Servicio de Inspección de Servicios Sanitarios y la relación jurídica de la funcionaria no afecta a dicha propuesta.

La suspensión provisional del Dr. M. se acuerda en la resolución de incoación del expediente, a iniciativa del Gerente del Departamento 18 en la propuesta de incoación de 1-11-07, y por las razones que se indican en dicha resolución: 'habida cuenta de la desorganización existente en el servicio, que afecta a la prestación de la asistencia sanitaria (como se expresa en la relación de los hechos), y las quejas de los miembros del equipo'.

La práctica de nuevas actuaciones que denuncia el Dr. M. (para intensificar la gravedad de los cargos) se limita, como se indica en el Antecedente 8 de la resolución sancionadora a pedirle a la Instructora, cuando solicite el levantamiento de la medida cautelar un informe sobre las causas por las que no figuran en el pliego de cargos siete hechos del acuerdo de incoación; y cuando la Instructora emite el informe solicitado (Antecedente 9 de la resolución de 10-12-08), el Director General de Recursos Humanos deja sin efecto la suspensión provisional de funciones (Antecedente l0), 'a la vista del informe del Gerente del Departamento en el que se indica que, habiéndose creado una segunda plaza de Jefe de Sección que asume las funciones de programación y planificación del servicio de Otorrinolaringología, la reincorporación del Dr. M. no debería afectar a la asistencia sanitaria'.

- Creación de la plaza de Jefe de Sección Otorrinolaringología.

Por resolución de 8-4-08, del Conseller de Sanidad, se crea el puesto 53372, J Sec. Facultativo Otorrinolaringología del Hospital G. de E.

Para financiar la creación de esta plaza se amortizan las siguientes: Pinche (1), ATS/DUE (1), Auxiliar Administrativo Especialista (1).

El facultativo de Otorrinolaringología, D. E. M. A., desempeña el puesto con carácter provisional desde el 22-5-08. El Dr. M. es facultativo estatutario en propiedad desde 1980.

El Dr. M. hace referencia a varias bajas de IT por depresión y stress laboral. Las fotocopias de los partes de IT que figuran en el expediente son ilegibles, por ello se facilita la información que podemos obtener de la consulta sobre absentismo laboral. La información sobre las causas de las bajas (patología cervical y lumbar, trastorno depresivo etc.) no se obtiene de dicha consulta.

Bajas por IT

De la consulta sobre absentismo laboral del programa CIRO, resulta de la siguiente información sobre las bajas de IT del Dr. M.:

- Año 2006: de 25 a 28 de enero; 19, 20 y 21 de julio; de 31 de octubre a 10 de noviembre; de 26 de diciembre a 31 de diciembre. Total 2006: 23 días. (Desde diciembre de 2006 es atendido por la Unidad de Salud Mental, según informe médico de 28-6-07).

- Año 2007: 1 y 2 de enero; de 30 de marzo al 10 de abril; de 22 a 29 de junio; y de 16 a 31 de agosto. Total 2007: 37 días.

- Año 2008: del 14 a 17 de enero; y de 10 a 11 de noviembre. Total 2008:6 días.

-Año 2009: del 23 a 25 de febrero; de 28 de mayo a 2 de junio; y de 18 de agosto al 1 de septiembre. Total 2009: 24 días.

-Año 2010: No hay bajas por IT

La última baja es de 1-9-09. El escrito de responsabilidad patrimonial es de 25-10-10, lo que puede tenerse en cuenta a efectos de la prescripción (art. 142.5, LPA).

- Limitación de la actividad clínica y organizativa a trabajos menores.

En el expediente disciplinario 9/08 se hace referencia a que el Dr M. se autoexcluye desde septiembre de 2006 de las intervenciones quirúrgicas de mayor complejidad (que había venido realizando en exclusiva durante los últimos 20 años), por ser intervenciones superiores a una hora de duración, y estar exento de ellas de acuerdo con el informe de riesgos laborales de 19-12-06, 'por implicar sobrecarga y/o posturas forzadas de columna cervical de forma prolongada'. Así, en el Fundamento de Derecho II (3. Sobre los impedimentos alegados por el Dr. M. para realizar la intervención quirúrgica) y III: hecho 6º (justifica la derivación de un paciente a otros facultativos por tratarse de una cirugía superior a una hora) y 8º (retarda intervenciones de pacientes con patología grave, por que no puede intervenirles por razones de salud).

Teniendo en cuenta estos antecedentes, es lógico que la actividad clínica del Dr. M. no requiera especial complejidad.

- Imposibilidad de presentarse a dos concursos de traslados.

El Dr. M. manifiesta que los daños físicos y psíquicos le impidieron participar en dos concursos de traslado: de 10 de mayo de 2007 y 30 de septiembre de 2009.

Concurso de 10 de mayo de 2007

Por resolución de 10-5-07, del Director General de Recursos Humanos, se convoca concurso de traslados para cubrir plazas de facultativos especialista de departamento de diversas especialidades (DCCV 22-6-07).

Para Otorrinolaringología se convocan 3 plazas: Centro de Especialidades de E. (1) y H. G. de A. (2).

Por resolución provisional de la Comisión de Valoración de Otorrinolaringología, de 19-12-07, se adjudican las plazas convocadas. No obtienen plaza 4 participantes: ninguno de ellos es el Dr. M. ni éste presenta reclamación contra dicha resolución. No hay ningún solicitante excluido (DCCV 17-1-08).

Por resolución del Director General de Recursos Humanos de 4-4-08, se publica la resolución definitiva del concurso de traslados, que confirma la adjudicación provisional (DOC 18-4 -08).

Concurso de 30 de septiembre de 2009

Por resolución de 30-9-09, del Director General de Recursos Humanos, se convoca concurso de traslados para cubrir plazas de facultativos especialistas de Departamento de diversas especialidades (DOCV 26-11-09).

Para Otorrinolaringología se convocan 4 plazas: Hospital G. de V. (1), H. G. de A. (1), H. G. U. de E. (1) y H. V. B. de O. (1).

Por resolución provisional de la Comisión de Valoración de Otorrinolaringología, de 30-9 -09, se adjudican las plazas de los hospitales de A., E. y Vinarós (DOCV 15-6-10). No hay ningún solicitante excluido ni el Dr. M. presenta reclamación contra dicha resolución.

Por resolución de 6-9-10, del Director General de Recursos Humanos, se publica la resolución definitiva del concurso de traslados (Otorrinolaringología), que confirma la adjudicación provisional (DOCV 13-10-10).

Requisitos para participar en los dos concursos

Para ser admitido a concurso se requiere ser personal en activo o personal en situación administrativa distinta a la de servicio activo que reúna los requisitos necesarios para su reingreso al servicio activo el último día del plazo de presentación de instancias.

En la fecha de presentación de instancias de ambas convocatorias el Dr. M. estaba en servicio activo: nada le impedía participar en las convocatorias, pero no lo hizo.

Se debe destacar que el Dr. M. tiene la categoría de J. Sec. Facultativo (anterior a la Orden 5-2-85): en el caso de acceder a una plaza de facultativo especialista en concurso de traslados hubiera accedido a un puesto de facultativo base por lo que no hubiera percibido las retribuciones de Jefe de Sección, lo que descarta cualquier interés por su parte en participar en dichos concursos ...".

Por otro lado, en el Informe de la Gerencia del Departamento nº 18 de Elda, de 11 de mayo de 2011, se indica, respecto a las alegaciones del reclamante, lo siguiente:

"(...) hemos de aducir necesariamente a la situación en la que se encontraba el Servicio de ORL, del Hospital de E., ante la falta de coordinación entre el Jefe de Sección y los Facultativos especialistas y la necesaria reorganización del servicio de otorrino que ha de realizar la Dirección del centro para frenar la deficiente calidad asistencial ofrecida a los pacientes.

1.- Situación: El Servicio de Otorrinolaringología evidencia problemas para la Dirección del Centro en el año 2005: Existe un malestar latente entre los miembros del Servicio que denuncian la falta de organización y caótica gestión que llevaba el Jefe de Sección que se sustancia en un escrito con fecha de Registro de Entrada el 17 de octubre del 2006, dirigido a la Gerencia del Centro, firmado por casi la totalidad de los Facultativos integrantes en la plantilla: los Dres/as Mares Aramburu; Izquierdo Luzón; García Mira; Mangada Martínez, Polo Tomás y Muñoz Pinto, en el mismo exponen tanto acciones como omisiones del Jefe de Sección, Dr. M., que directamente les afectan, con repercusión negativa para el servicio y atención sanitaria a la población. (Doc. 5)

La Dirección del Hospital ante situaciones, en las que el Jefe de Sección realizaba programaciones de servicio semanales, con constantes cambios y anulaciones de consultas; programaciones arbitrarias de actividad quirúrgica en las que relegaba a ciertos Especialistas derivándolos únicamente a consultas; Quejas de usuarios que delataban dicha falta de coordinación, es por lo que se celebran por el Gerente del Departamento y Subdirector Médico del Hospital, diversas reuniones con los miembros del Equipo, entrevistándose con los seis adjuntos y con el Jefe de Sección y de Servicio por separado, y celebrando una reunión de todos los facultativos del Servicio de ORL, con el fin de consensuar las medidas y sistemática a adoptar, para zanjar la situación creada.

Sin embargo tales reuniones fueron infructuosas y debe la Dirección adoptar medidas (Doc. 6) ante situaciones graves, que perjudican al servicio como las siguientes:

I.- Programaciones arbitrarias sin previo aviso y que provocan efectos discriminatorios entre los miembros de la plantilla.

Son dirigidas por el Servicio de ORL a la Dirección Médica quejas sobre las programaciones, que son realizadas por el Dr. M. de modo arbitrario, autoritario y entregadas con una semana de adelanto, con escaso tiempo para efectuar una previsión real, además de continuas modificaciones 'a posteriori', que crean inestabilidad e inseguridad en la organización del servicio, ya que no es posible la reestructuración del mismo ante tales repentinos cambios.

Se adoptaron en consecuencia medidas por la Dirección del Centro, mediante Instrucciones dirigidas al servicio de ORL, que tenían únicamente como misión el velar por la organización del Servicio, sin que las mismas pudieran considerarse como ataque personal o vejatorio a ningún facultativo en particular. (Doc.7)

La anarquía organizativa existente afecta tanto al personal de enfermería -al no poder prever las reestructuraciones- como a la programación de las intervenciones quirúrgicas, que impiden un mayor estudio y conocimiento del estado del paciente. (Doc. 8).

II.- Se detecta además, otra serie de hechos, como que al ser realizada la programación por el Jefe de Sección, Dr. M. de sus consultas asistenciales e intervenciones quirúrgicas, se asigna arbitrariamente tras éstas últimas, días de 'gestión de servicio', en los que no presta asistencia sanitaria de ningún tipo. En la documentación obrante se puede constatar que dicha 'inactividad' requiere al menos que la Dirección supervise el equilibrio de las cargas de la actividad asistencial en el Servicio.

En la documentación obrante anexa de planillas de trabajo (Doc. 9), se constata como en los años 2005 y 2006, el Jefe de Sección, se reserva 'días de gestión', sin actividad asistencial alguna, 2 días a la semana, e incluso, 3 días.

III- Distribución desproporcionada y discriminatoria de las cargas del Servicio que afecta directamente a la asistencia.

La asignación para el Dr. M. y el Dr. P. de las intervenciones de cirugía tiroidea en exclusividad relegando al resto de los Facultativos, al considerar que no tenían capacidad suficiente, genera además de malestar en el equipo, el incremento de demora en lista de espera para dichas patologías.

La alusión reiterada en las alegaciones del Dr. M., respecto a la falta de capacidad de los especialistas para realizar determinadas intervenciones, queda zanjada, al adoptar medidas la Dirección Médica de distribución equitativa de las cirugías programadas, no existiendo tras ello límite en cuanto a la tipología de intervenciones que cada Especialista pudiera realizar, y resultando por ello que tanto las Cirugías tiroideas, de Parótida o de Patología Nasonisual con técnica Cens, son asumidas por todos los Especialistas Cirujanos del Equipo. (Doc. 10).

TERCERO.- Que respecto a las alegaciones del recurrente sobre 'una relación cronológica de episodios de auténtico acoso laboral y personal, que tienen su origen en el 20 de noviembre, en el que forma parte de un tribunal de plazas restringidas ORL, QUE SON ADJUDICADAS A LOS DRES. M. Y G, QUE NO TENÍAN FORMACION MIR, a pesar de reconocerse su falta de idoneidad y preparación'.

Debemos hacer constar respecto a la incapacidad que denuncia de los Dres. M. y G., y del acoso sufrido:

1. Que los citados Facultativos se presentan a las pruebas de acceso para optar a las plazas de especialista, convocadas por Concurso en la Convocatoria de 17 de Marzo de 2002 y publicada en el DOCV el 2 de Marzo del 2002. (Doc. 11)

Dicha convocatoria exige los requisitos de acceso determinados en la normativa vigente en tal fecha, Decreto 7/2003 de 28 de Enero, enumerando los mismos en su artículo 5, y especificando en el apartado B) en cuanto a titulación requerida:

b) Poseer el titulo de licenciado o doctor en Medicina y Cirugía y título de médico especialista expedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en la especialidad a la que se pretende acceder, o en condiciones de obtenerlo dentro del plazo de presentación de solicitudes (...)'.

Luego no se requería en las citadas pruebas de acceso, la Formación MIR que reclama el Sr. M., y por tanto que aduce, para manifestar la incapacidad de los mismos, en su escrito.

La negación a los citados Facultativos, puede apreciarse ya en dichas pruebas de acceso, en las que si bien habían alcanzado éstos puntuación suficiente en la primera fase del concurso oposición, no fueron puntuados en absoluto por el reclamante, que era miembro del Tribunal, siendo los únicos que no obtienen ningún punto como se puede constatar en la baremación obtenida. (Doc.12)

Ya incorporados, los Facultativos Mangada y García son trasladados al Centro de Especialidades de E. y V., negando al Dr. M. la actividad quirúrgica y la asistencia en consultas en el propio Hospital tal y como se comprueba en el escrito que el Dr. M. dirige a la Dirección para que se le asignen facultades. (Doc. 13).

De igual modo la no asignación de actividad quirúrgica para el citado facultativo consta en las planillas de tales fechas (Doc. 14) Si bien ante necesidades, se le llega a asignar quirófano, para intervenir el Facultativo sólo -sin otro especialista asignado- por la tarde (Doc. 15), que parece una contradicción con la consideración de que el Dr. M. no tenía capacidad para intervenir.

La discriminación que sufren estos Facultativos tiene lugar desde el principio, así se rechazan pruebas básicas por el Dr. M., solicitadas por los Dres. M. y G., como audiometrías y pruebas de imagen, volviendo de nuevo el reclamante a recitar a los pacientes, y solicitando de nuevo las pruebas como 1ª consulta (Doc. 16), sin tener en cuenta por tanto ninguna actuación previa de dichos Facultativos.

Se producen de igual modo cambios de las consultas de ambos facultativos, sin comunicación mínima previa (Doc. 17), en escritos en que manifestaban dicha situación ante la Dirección. Tal situación llega a generar en el Dr. M. cuadro de ansiedad (Doc. 18)

Por lo que no existe constancia alguna de la incapacidad de tales Facultativos, volviendo el Dr. M., a realizar actividad quirúrgica, - una vez que cesa la programación del Dr. M.- que desarrolla con total eficiencia.

CUARTO.- En cuanto a las alegaciones en las que el Facultativo afirma no tener absoluto poder de programar, puede comprobarse que no son ciertas, (Doc. 19) ya que programa sus intervenciones con prioridad, pudiendo constatarse (Doc. 20), que llega a incluirse intervenciones de larga duración, a pesar de tener Informe de salud laboral en el que expresamente se desaconseja el realizar intervenciones de larga duración, así consta en el mismo : 'evitar aquellas tareas que supongan sobrecarga cervical y lumbar y evitar posturas forzadas de columna cervical de forma prolongada' lo que le imposibilita para realizar intervenciones de larga duración. (Doc. 21)

En el mismo sentido y respecto a las alegaciones en las que remarca que 'no se le permite un tercer especialista en las intervenciones como al resto de los Facultativos', añadir, que como se puede constatar en planillas aportadas (Doc. 22), sólo interviene un tercer Especialista, excepcionalmente cuando así se precisa en actividades de formación y docencia, o aquéllas en las que así se requiera por su larga duración, no existiendo por tanto la discriminación que manifiesta el jefe de Sección.

QUINTO.- En cuanto a las alegaciones del reclamante, de la imposición de realizar guardias, aún teniendo concedida la exención, debemos fundamentar que en efecto, si bien tenía concedida con fecha 14 de marzo de 1989 y mediante Nota interior la exención de guardias, por el Director Médico J. M. I. O., con fecha 20 de junio de 2007, y mediante Resolución de la Gerencia, se suspende provisionalmente la exención de guardias concedida, por los motivos que en la misma se expresan, (Doc. 23), razones todas ellas de imposibilidad de dar la asistencia demandada, ante la carencia de Facultativos para realizar atención continuada en ese momento., si bien tal Resolución quedó condicionada a la emisión de informe de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales, sobre si reúne las condiciones para quedar excluido de prestación de guardias localizadas por motivos de salud.

Dicho informe emitido el 13 de agosto del 2007, aconsejó la no realización de guardias localizadas. (Doc. 24), por lo que NUNCA REALIZO NINGUNA GUARDIA, TAL Y COMO CONSTA EN LAS PLANILLAS DE DICHO PERIODO. (Doc. 25)

Interpuesto Recurso de Reposición, es resuelto por la Dirección de Recursos Humanos con fecha 22 de noviembre de 2007 en el que declara LA DESAPARICIÓN SOBREVENIDA DEL OBJETO (Doc. 26) a pesar de lo cual, interpuso Recurso contencioso-Administrativo contra una Resolución que nunca se llevo a efecto.

SEXTO.- En cuanto a las declaraciones vertidas en su recurso sobre negativas por parte de la Dirección del Hospital a la concesión de días, permisos y vacaciones, contrario a otras prebendas concedidas al resto de los miembros del equipo, alegar, que tal y como se ha venido reiterando en este informe, era usual, que el Dr. M., solicitara tales días de modo independiente, sin atender a necesidades asistenciales y sin contar con el resto del equipo (Doc. 27), como prueba de ello, se aporta documentación sobre un episodio, en el que el Dr. M., solicitaba el mes de agosto completo y se niega a acordar una distribución equitativa de los periodos de vacaciones entre los miembros del equipo, debiendo entonces la Dirección Médica intervenir, solicitándole que eligiera turno, al que contesta, 'que él NUNCA HA FIGURADO EN TURNO DE VACACIONES, y tras nuevas peticiones sigue reiterando su intención de disfrutar sus vacaciones durante todo el mes de Agosto, a lo que la Dirección no accede únicamente por la imposibilidad de dar la necesaria cobertura asistencial en ese periodo, ante la carencia de Facultativos. Concediéndole finalmente parte del periodo solicitado por el Dr. M., conciliando sus vacaciones con el resto del equipo, que hasta ese momento nunca se había considerado. (Doc. 28)

SEPTIMO.- En cuanto a sus alegaciones sobre que se le ha suprimido la potestad de programar, apartándole de tareas clínicas y organizativas, llevando trabajos menores y relegándole a la actividad de la planta», así como sobre la creación de una segunda Jefatura de Sección, aducimos que:

1.- No es cierto que se le haya negado el programar, ya que precisamente programa sus intervenciones con prioridad (Doc. 19) y en cuanto al tipo de intervenciones, se pueden apreciar las inclusiones realizadas por todos los miembros del Equipo (Doc. 29).

2.- En cuanto a las alegaciones del demandante, sobre la creación por la

Administración, de una segunda Jefatura de sección, en el servicio de ORL, 'mediante nombramiento exclusivamente a dedo', 'con la única finalidad de seguir manteniendo en el puro ostracismo a quien comparece', y 'relevarlo de cualquier función de carácter médico', así como para privarle de 'cualquier labor organizativa, de coordinación, de distribución de tareas dentro de las distintas especialidades'.

Fundamentamos que estas afirmaciones vertidas por el reclamante formaban ya parte del objeto de Recurso de Reposición presentado el 19 de octubre de 2010 y desestimado por Resolución de la Dirección General de Recursos Humanos de 16 de diciembre de 2010 (Doc. 30)

Existe normativa que ampara la potestad de la Gerencia del Departamento de crear dos Jefaturas de Sección, el Decreto 186/1996, de 18 de octubre que aprueba el Reglamento sobre Estructura, Organización y Funcionamiento de la Atención Especializada de la Conselleria de Sanidad que en su art. 22, faculta el que los servicios puedan ser estructurados en secciones, fijando el art. 12, que es competencia de la Dirección Médica, dirigir, supervisar y coordinar el funcionamiento de los servicios médicos, proponiendo al Director Médico las medidas necesarias para el mejor funcionamiento del Servicio.

La creación de la segunda Jefatura de Sección (Doc. 31) no tiene más causa que adoptar medidas que paliaran la desorganización existente en el Servicio de ORL, (Doc. 32), con la finalidad primordial y única de garantizar la asistencia a los pacientes.

Así las funciones de ambos Jefes de Sección Dr. M. y D.. M. van a ser en su actividad asistencial idénticas a las de un Adjunto, con tareas de programación y planificación del Servicio por el Dr. M., y de docencia (Doc. 33) para el Dr. M., además de las asistenciales propias de su cargo.

OCTAVO.- En cuanto a las alegaciones del Recurrente sobre los dos Expedientes disciplinarios instruidos, informar que el primero, por Resolución de fecha 17/03/2008, no fue SOBRESEÍDO, sino que CADUCÓ, teniendo el Instituto de la caducidad connotaciones muy distintas. (Doc. 34)

El segundo Expediente disciplinario instruido incoado al Dr. M., lo es por hechos, -referidos a la actividad asistencial desempeñada-, que son calificados como infracción disciplinaria, tal y como se aprecia en la Propuesta de Resolución del Expediente disciplinario (Doc. 35), que fundamenta todas y cada uno de los hechos objeto del expediente. No existe por tanto arbitrariedad en la determinación de los hechos por la Administración, sino que aquellos tienen una base fáctica objetiva con una prueba documental aportada muy extensa.

Sin embargo el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo en su sentencia. 216/09 de fecha 7 de Octubre de 2009, otorga prevalencia a la prueba testifical de la paciente D. C. R. G., -que además resulta ser paciente privado del Dr. M.- sobre toda la documental aportada por la Administración:

Así en su FJ TERCERO refiere:

'(...) En este sentido la ya mencionada declaración testifical de Dña. C. R. G., desmonta todos y cada uno de los argumentos de la Administración (...)

Por cuanto se ha expuesto, es fundamental la existencia de un clima laboral hostil como consecuencia de una organización del Servicio de ORL, por el jefe de Sección, conflictiva, y cuyo resultado va a afectar directamente en la prestación del servicio al paciente.

La concurrencia de todos los hechos fundamentados revelan, -y así lo reitera el recurrente en su reclamación-, la existencia de animadversiones hacia miembros del Equipo, y a un aislamiento del Jefe de Sección, que en nada puede coadyuvar a una relación fluida que debe operar en todo Equipo de trabajo. Tal situación, es la base, de la adopción de medidas, sin que quepa hablar de hostigamiento o acoso por parte de la Dirección con el propósito de minar psicológicamente al Dr. M., antes bien, la Dirección del Centro realiza actuaciones encaminadas, a subsanar las deficiencias de organización existentes en el servicio, y que afectaban gravemente a la calidad en la asistencia, y así puede demostrarse que las medidas adoptadas van a conseguir en definitiva los objetivos planteados.

- el incremento de intervenciones quirúrgicas en el Servicio, y por tanto la significativa reducción de pacientes derivados al Plan de choque. (Doc. 36)

- la reducción de demora quirúrgica, y equilibrio sin discriminaciones a la hora de distribuir las intervenciones según las patologías.

Por tanto, por todas las circunstancias concurrentes y expuestas, no puede hablarse de violencia psicológica y confundirse con una situación de mal clima laboral. No existe desde la dirección del centro, ánimo de dañar al recurrente, sino que todas las medidas adoptadas van a tener como fin último reestructurar la organización del Servicio, y cumplir con los objetivos de calidad asistencial mínimamente requeridos".

En el Informe del Servicio de Prevención de Riesgo Laborales, de 12 de julio de 2011, se señala, tras el examen de la situación existente en el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital G. de E., que "(...) La organización responde que actualmente el Servicio funciona por consenso tanto a nivel de cuestiones clínicas como en cuestiones organizativas por lo que todos los miembros del Servicio conocen de antemano su actividad. En el caso de Dr. D. J. R. M. C., la organización responde que tiene total libertad para su actividad.

Por lo que se concluye no existe riesgo de acoso laboral".

Por su parte, el Médico Inspector, tras describir la situación existente entre el personal del Servicio ORL del precitado Hospital, señala en su Informe (folios 1111 a 1113), lo siguiente:

"(...)

9.- Ante esta situación del Servicio de ORL, la Dirección del Centro con mayor o menor acierto, no tiene mas remedio que intervenir, ocupando un espacio de organización y comunicación que no le es propio y en el que es difícil obtener resultados positivos en un clima de absoluta incomunicación como el descrito.

10.- En esta situación, el conflicto., los desencuentros, el mal funcionamiento, la descoordinación y la falta de quicio se apoderan del Servicio, en mi opinión con olvido del fin primordial, esto es el beneficio de los pacientes.

11.- Como resultado de la necesaria intervención de la Dirección, al Dr. M. le es incoado un primer expediente disciplinario que finaliza sin que el instructor aprecie conductas sancionables, y un segundo que finaliza con la imposición de una sanción por falta grave. Al Dr. M., también le fueron aplicadas medidas cautelares de separación del Servicio. La sanción aplicada en el segundo expediente fue recurrida por el Dr. M.

12.- La sanción disciplinaria, impuesta en el segundo expediente, como ha quedado dicho, fue recurrida por el Dr. M. en vía contencioso administrativa, el recurso fue favorable al reclamante dejando sin efecto la sanción impuesta.

13.- La intervención de la Dirección, ocupando el espacio clínico que no le es propio, el manifiesto enfrentamiento y falta de comunicación entre los miembros del Servicio, provoca como reconoce el Dr. M. un verdadero caos. De hecho, se recurre a medidas tan excepcionales como la creación de una segunda plaza de Jefe de Sección de ORL, con el fin de poder tener algún anclaje sobre el que organizar semejante despropósito.

14.- En esta refriega, también fue interpuesta querella contra el Gerente del Departamento por Dr. M., denunciando acoso laboral. Esta querella concluye al entender la Audiencia Provincial de A. que 'los hechos denunciados carecen de entidad suficiente para constituir un delito de coacciones'.

15.- Las intervenciones judiciales, en su lógica técnica, declararon no culpable de sanción disciplinaria al Dr. M., por otro lado el auto arriba mencionado declara que el Dr. M. no ha sido objeto de acoso laboral. Es de destacar que aparte de las resoluciones dictadas, en todos los fundamentos de las sentencias se reconoce un deplorable deterioro de las relaciones profesionales interpersonales. En mi opinión las resoluciones judiciales, se fundamentan en principios morales con carácter de mínimos necesarios para la convivencia, no obstante las obligaciones éticas y deontológicas, exigen a los profesionales el respeto a los fines intrínsecos de la profesión, que no son otros que el beneficio del paciente mediante la práctica de una asistencia de calidad en un escenario de práctica humanizada. Es mi opinión que todos los actores perdieron su quicio y buen juicio en esta lid.

16.- No es de extrañar que en este ambiente de permanentes refriegas al Dr. M. se le desencadenaran trastornos emocionales, y un profundo dolor moral. Resulta totalmente plausible el sufrimiento psicológico en estas situaciones, para el Dr. M. y todos los beligerantes. Permanecer insensible en esta situación habría sido lo humanamente extraño (...)".

Así pues, del relato de los hechos efectuados por el interesado, y a la vista de los distintos informes incorporados al expediente, se desprende una situación de descontento laboral que afecta no solo al Dr. D. J. R. M. C. -hoy reclamante- sino a los distintos facultativos que integran el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital G. de E., situación que obligó a intervenir, como corresponde, a la Dirección del citado Hospital, mediante la adopción, con mayor o menor acierto, de las oportunas medidas organizativas, en las que no se aprecia una actuación de acoso laboral, ni dejadez por parte de la precitada Dirección hospitalaria.

Así, las alegaciones vertidas por el reclamante que fundamentan la existencia del acoso -como la privación de tareas que le corresponden al interesado como Jefe de Sección del Servicio ORL del Hospital, la obligación o no de realizar guardias, la denegación de permisos para asistir a congresos, limitación de la actividad clínica y organizativa a trabajos menores, etc.- han quedado explicadas y desvirtuadas en los precitados informes, sin que en ellos se aprecie una actuación de acoso laboral en relación con el hoy reclamante D. J. R. M. C., sino un intento de solucionar desde la Dirección del Centro Hospitalario el clima de descontento laboral presente en el Servicio de Otorrinolaringología, en su conjunto.

Tampoco se constata con el iter fáctico expuesto en los referidos informes una situación de responsabilidad por omisión de la Dirección del Hospital, toda vez que desde un primer momento se procedió a intentar solucionar los problemas de organización y dirección del Servicio ORL, lo que no constituye, en modo alguno, una actuación intencionada y persistente de perjudicar al reclamante.

Por otro lado, y por cuanto se refiere al daño psíquico y moral alegado por el reclamante, éste ha aportado al procedimiento Informe de 15 de diciembre de 2007 emitido por el médico privado D. V. J. R. M., en el que se señala que "consideramos el Trastorno Adaptativo Mixto se ha cronificado con ansiedad y estado de ánimo depresivo, existiendo componentes a nuestro juicio claros de "Acoso Laboral"...".

No obstante, debe advertirse que dicho diagnóstico de parte se ha obtenido previa manifestación del reclamante de la relación de hechos acaecidos en el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital G. de E., efectuada por el paciente, unilateralmente, y desde su perspectiva, lo que limita y sujeta el juicio diagnóstico a la previa acreditación de tales hechos y a la prueba de la existencia de una actuación persecutoria y de acoso al reclamante, lo que, como se ha indicado, no ha resultado acreditado en el presente procedimiento.

En este sentido, el Tribunal Supremo en la Sentencia de 16 de febrero de 2011, recurso nº 593/2008, mantuvo que "Este asunto del acoso laboral o mobbing que no constituye una novedad en el ámbito de las relaciones laborales en cualquiera de sus manifestaciones, bien en la empresa o en la función pública, posee dos vertientes distintas de examen ya sea desde el punto de vista médico o jurídico, pero que, en último término, ambas necesariamente confluyen, de modo que han de coincidir las dos para que pueda afirmarse que existe en el caso concreto esa situación objetiva de acoso".

Y como expresó la Sentencia de la Audiencia Nacional de 26 de febrero de 2010, FJ sexto, "(...) una cosa es dicho padecimiento piscológico y otra distinta que se haya acreditado que el mismo sea consecuencia, conforme la relación de causalidad directa que exige la declaración de responsabilidad patrimonial de la Administración, de un continuo y deliberado maltrato verbal y moral de dicha Sra... por parte de sus superiores, producido con crueldad y con intención de destruir psicológicamente a la misma, y además que atente contra su dignidad, circunstancias graves que, como se ha indicado, no ha quedado probadas en las actuaciones".

En definitiva, no consta acreditado en el caso examinado la existencia de una conducta de persecución sistemática y planificada, habitual e intencionada, a un sujeto pasivo -en este caso el Dr. M. del H. G. de E.- en el marco de una relación funcionarial, por la Dirección del Hospital, ni una conducta pasiva por parte de ésta ante una situación de descontento por parte del reclamante. No existiendo acreditada una conducta de acoso laboral y menos aún que fuese consentida por la Administración sanitaria, no se da la necesaria relación de causalidad para que pueda existir la responsabilidad patrimonial de la Administración, no siendo suficiente, en palabras de la Audiencia Nacional, Sentencia de 18 de mayo de 2011, que "con la acreditación de una conducta de tensión emocional en el trabajo para entender que existe responsabilidad patrimonial de la Administración, pues en este concepto de "tensión emocional" entran en juego consideraciones subjetivas y personales del recurrente que han contribuido a la existencia de tal padecimiento psicológico, que rompen e, nexo causal y no permiten objetivizar la responsabilidad de la Administración por la conducta desarrollada por los funcionarios que de ella dependen".

Por último, en el Auto 110/2009, de 23 de febrero de 2009, de la Audiencia Provincial de A. se señala lo siguiente: la "(...) Coincide esta Sala con el criterio expresado por el Magistrado de Instancia en su Auto de 15 de junio de 2008 de entender que los hechos denunciados carecen de entidad suficiente para constituir un delito de coacciones. En efecto, de los hechos objeto de denuncia no se desprende un trato degradante que menoscabe gravemente su integridad moral, pues no se aprecia una persecución sistemática o acoso moral, que constituye una violencia psicológica extrema contra el querellante en el desarrollo de su trabajo como Jefe de Sección del Servicio de otorrinolaringología del Hospital G. de E.".

Así pues, y por las razones expuestas, debe desestimarse la reclamación formulada por D. J. R. M. C. en fecha 25 de octubre de 2010.

CONCLUSIÓN

Por cuanto queda expuesto, el Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana es del parecer:

Que no procede declarar la responsabilidad patrimonial de la Generalitat Valenciana en el procedimiento iniciado a instancia de D. J. R. M. C.

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

Expediente Núm. 24/2005

Dictamen Núm. 34/2006

V O C A L E S :

Fernández Pérez, Bernardo,

Presidente

Bastida Freijedo, Francisco

Del Valle Caldevilla, Luisa Fernanda

Rodríguez-Vigil Rubio, Juan Luis

Fernández Noval, Fernando Ramón

Secretario General:

Fernández García, José Manuel

El Pleno del Consejo

Consultivo del Principado de

Asturias, en sesión celebrada el día

23 de febrero de 2006, con

asistencia de los señores y señora

que al margen se expresan, emitió

el siguiente dictamen:

?El Consejo Consultivo del Principado

de Asturias, a solicitud de V.E. de 21 de diciembre de 2005, examina el

expediente relativo a la reclamación sobre responsabilidad patrimonial del

Ayuntamiento de Gijón formulada por don ??, por las lesiones sufridas como

consecuencia del desprendimiento de rocas en la playa de ??.

De los antecedentes que obran en el expediente resulta:

1. Con fecha de registro de entrada 20 de noviembre de 2002, don ??

presenta en el Ayuntamiento de Gijón escrito solicitando que se reconozca la

responsabilidad patrimonial de la Administración municipal por las lesiones

sufridas como consecuencia del desprendimiento de rocas ocurrido en la playa

de ......, de Gijón.

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

Expone el reclamante que el día 18 de agosto de 2002 un

desprendimiento de rocas en la citada playa le provocó graves lesiones de las

que aún no se ha recuperado, por lo que a la fecha de la reclamación se

encuentra todavía en situación de baja laboral y ?además desconoce qué

secuelas pueden quedarle por las graves lesiones sufridas a consecuencia de

dicho accidente?.

Añade que la causa determinante y exclusiva del accidente y de las

lesiones sufridas ?no fue otra que la omisión por parte de la Administración

reclamada de su deber de mantenimiento y conservación de la referida playa?,

por lo que reclama todos los daños y perjuicios derivados de dicho accidente,

refiriendo, además, que del mismo se hicieron eco los periódicos de la localidad,

habiéndose seguido las oportunas diligencias en el Juzgado de Instrucción

número ??, de Gijón.

Continúa su relato afirmando que el daño reclamado se incardina en la

responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas, entendiendo que

concurren en el presente caso los requisitos que configuran dicha

responsabilidad, por cuanto la causa determinante y exclusiva de las lesiones

sufridas ?no fue otra que la omisión por parte de la Administración de su deber

de mantenimiento y conservación de la referida playa gijonesa de ??, pues

dado el estado que presentaba el talud, debió realizar las obras necesarias o

tomar las medidas oportunas en evitación de que cayeran piedras a la misma

que pudieran causar daños a los bañistas y usuarios que en la misma se

encuentren, así como tomar las medidas por los socorristas oportunos o

personal cuidador de la playa (?), para que no se produzcan accidentes?.

2. Durante la instrucción del procedimiento se incorporan al mismo los

siguientes documentos:

a) Oficio del Servicio Jurídico del Ayuntamiento de Gijón, fechado el día 4

de diciembre de 2002, y con acuse de recibo del día 5 del mismo mes, por el

que se adjunta y pone en conocimiento de la correduría de seguros, a los

efectos oportunos, la reclamación de responsabilidad patrimonial interpuesta.

2

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

b) Oficio de 4 de diciembre de 2002, por el que el Servicio Jurídico del

Ayuntamiento de Gijón solicita al Servicio de Protección de Medio Ambiente

que, a la vista de la petición de responsabilidad patrimonial formulada, emita

informe sobre si la ?Administración Municipal está encargada de mantener y

conservar la Playa de ?? y en caso afirmativo informar cuales son las medidas

que se efectúan con carácter general en dicha playa, así como si la actuación

municipal puede haber o no incurrido en responsabilidad por falta o mal

funcionamiento?.

c) Informe emitido el día 17 de diciembre de 2002, por una Técnico

Superior del Servicio de Protección del Medio Ambiente del Ayuntamiento, en el

que señala que en ?el Titulo VI, Capítulo III de la Ley 22/1988 de Costas y de

su Reglamento para desarrollo y ejecución (R.D. 1471/1989), se establece entre

las competencias municipales (?) la de mantener las playas y lugares públicos

de baño en las debidas condiciones de limpieza, higiene y salubridad, así como

vigilar la observancia de las normas e instrucciones dictadas por la

Administración del Estado sobre salvamento y seguridad de las vidas humanas,

actuaciones entendidas en relación a la seguridad en las zonas de baño?.

Añade, por otra parte, ?que (?) los acantilados pertenecen al dominio público

marítimo-terrestre estatal. Asimismo (?), se establece que la Administración

competente en la protección, defensa y conservación del dominio público

marítimo terrestre es la Administración del Estado?. Finalmente, informa que la

Demarcación de Costas está elaborando un estudio para una posible actuación

en la zona.

d) Oficio del Jefe de la Demarcación de Costas en Asturias, con registro

de salida de 20 de diciembre de 2002 y de entrada en el municipal de 13 de

enero de 2003, por el que remite al Ayuntamiento copia del escrito de

reclamación de responsabilidad patrimonial formulada ante el Ministerio, y le

solicita la emisión de informe en el que se haga constar ?si por el interesado se

ha presentado reclamación ante el Ayuntamiento de Gijón por los mismos

motivos por los que se reclama? y ?si la zona en la que se produjo el accidente

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

contaba con medidas de señalización y balizamiento en evitación de situaciones

de peligro para personas y cosas?.

El escrito de reclamación de responsabilidad patrimonial cuya copia

remite es del mismo reclamante en el procedimiento que ahora examinamos,

está dirigido al Ministerio de Medio Ambiente, y tiene la misma fecha y un

contenido, en su parte expositiva y solicitud, idéntico al dirigido por él al

Ayuntamiento de Gijón.

Con fecha de registro de salida de 22 de enero de 2003 y de entrada en

el Ayuntamiento de Gijón el día 31 del mismo mes, el Jefe de la Demarcación

de Costas en Asturias reitera su solicitud de informe.

e) Informe de la Jefa del Servicio de Medio Ambiente, fechado el día 14

de febrero de 2003, en respuesta a la petición formulada por una abogada del

Servicio Jurídico del Ayuntamiento el día 31 de enero de 2003, instándole a

pronunciarse acerca de: la competencia de la Administración municipal en el

mantenimiento y conservación de la Playa de ??; si contaba ésta con algún

tipo de delimitación de uso o zona peligrosa; si la zona de donde se desprendió

la roca es zona de baño o de uso sin limitación alguna, así como si existían en

la zona del accidente medidas de seguridad, cuidado o prevención, señalización

y balizamiento. El informe señala al respecto, que el Servicio de Medio

Ambiente se ocupa exclusivamente de la instalación y mantenimiento de los

elementos materiales auxiliares de la playa y del personal de salvamento,

comprendiendo instalaciones y equipamiento del servicio de salvamento,

duchas y lava pies en la playa. Añade que las normas contenidas en la Orden

Ministerial de 31 de julio de 1972 se refieren a la seguridad en el baño, por lo

que la tipificación y señalización de las playas con banderas de colores se

realiza en función de la seguridad del baño. Finalmente informa, entre otras

cosas, que el Ayuntamiento realiza las labores de limpieza en la playa; que

dispone de una persona de salvamento en la playa en la temporada oficial de

baños (con el apoyo del servicio central); que la delimitación de uso para el

baño se realiza mediante la oportuna señalización en función de las condiciones

4

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

del mar, y que en la temporada oficial de baños de 2002 estaban colocados en

la playa de ?? dos carteles con la inscripción: peligro desprendimiento.

f) Escrito del Jefe del Servicio Jurídico del Ayuntamiento de Gijón,

fechado el día 20 de febrero de 2003 y notificado al reclamante en fecha 6 de

marzo, por el cual se pone en su conocimiento la existencia de defectos en la

reclamación formulada (entre otros, indicación concreta del lugar en que se

produjeron los hechos, pruebas que se aportan o proponen, presunta relación

de causalidad entre los hechos y el funcionamiento del servicio público,

evaluación económica de la responsabilidad patrimonial y momento en que la

lesión efectivamente se produjo), concediéndole plazo para subsanación y

mejora de la solicitud.

g) Escrito de 24 de febrero de 2003, dirigido por una abogada del

Servicio Jurídico del Ayuntamiento a la Dirección General de Costas, en

Asturias, en el que, en contestación a la solicitud en su día realizada, le

comunica la presentación de reclamación por el interesado y el inicio de la

instrucción del procedimiento, adjunta copia del informe del Servicio de Medio

Ambiente y solicita información acerca de las actuaciones que puedan estar

llevándose a cabo respecto de la reclamación análoga, así como sobre las

medidas de seguridad adoptadas por la Demarcación en el acantilado desde el

que presumiblemente se produce el desprendimiento.

h) Escrito del Jefe de la Policía Local remitiendo copia de su informe de

21 de agosto de 2002 (previa petición de una abogada del Servicio Jurídico

instándole a pronunciarse sobre los hechos narrados en la reclamación), en el

que indica que el día 18 de agosto de 2002, a las 17:15 horas, personal del

Servicio se traslada a la Playa de ?? y, en colaboración con efectivos de la

Cruz Roja, se auxilia al hoy interesado en este procedimiento. Continúa

señalando que, tras prestarle los primeros auxilios y ante la imposibilidad de

extraer al herido en camilla, se requiere un helicóptero de rescate para la

evacuación del herido al Hospital de ??, y que, finalmente, se procedió a

señalizar la zona de desprendimientos con cinta para evitar más heridos.

5

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

3. En respuesta al requerimiento de subsanación y mejora de la solicitud inicial,

con fecha 11 de marzo de 2003, el interesado suscribe un nuevo escrito en el

que solicita la suspensión del procedimiento hasta que se produzca la curación

de sus lesiones y se acrediten las secuelas.

Añade, como primera alegación, que ?el día 18 de agosto de 2002 se

había acercado a la playa de ?? de Gijón a pasar la tarde junto con unos

amigos, y sobre las 17 horas cuando se encontraba en dicha playa, apartado

del acantilado, recibió el impacto de una piedra en la cabeza al producirse un

desprendimiento de rocas en la playa de ?? , causando graves lesiones al

reclamante, accidente y lesiones cuya causa determinante y exclusiva no fue

otra que la omisión por parte de la Administración reclamada de su deber de

mantenimiento y conservación de la referida playa, o en su caso prohibir a los

bañistas su uso./ Este suceso fue ampliamente documentado en los periódicos

de la localidad en diferentes días, según recortes de dichos periódicos que se

acompañan?.

En segundo lugar, señala que como consecuencia del impacto de la

piedra ?sufre diversas y graves lesiones que motivan su traslado al Hospital de

?? por un helicóptero de Bomberos del Principado de Asturias, para

posteriormente y dada la gravedad de sus lesiones ser trasladado al Hospital

?? donde es intervenido de urgencia y permaneció ingresado varios días en la

UCI?, precisando luego de tratamiento y rehabilitación en régimen de consultas

externas.

En tercer lugar, alega resultarle imposible efectuar una valoración

económica de la reclamación, por no haberse recuperado plenamente de las

lesiones, encontrándose en situación de baja laboral y precisando aún

tratamiento médico, por lo que desconoce el verdadero alcance de todos los

daños y perjuicios sufridos, razón por la que solicita la suspensión del

procedimiento administrativo hasta obtener la curación de las lesiones y poder

cuantificar sus secuelas.

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Continúa su escrito reiterando que, a su juicio, concurren todos lo

requisitos necesarios para que proceda la indemnización por responsabilidad

patrimonial.

Acompaña, entre otros documentos:

a) Recortes y reseña de noticias de los periódicos de la localidad,

publicados en diferentes días, que recogen los hechos acaecidos el día 18 de

agosto de 2002. En una de dichas publicaciones (incorporada en su versión en

papel y en otra digital), bajo el titular ?Un desprendimiento en la playa de ??

causa fractura de cráneo a un vecino de ???, se indica que el suceso tuvo

lugar ?cuando el arenal gijonés se encontraba abarrotado de gente (?). Así,

ante la falta de espacio en el arenal, que tiene unos 15 metros de ancho,

algunos bañistas se habían colocado al pie del acantilado, justo en el lugar

donde cayeron las rocas./ El herido más grave por el desprendimiento, ??.

(?), había llegado a la playa de ?? apenas una hora antes de que se

produjese el accidente y, según explicó su acompañante a algunos bañistas, se

situó muy cerca del acantilado porque no encontró sitio en otro punto del

arenal. Allí fue alcanzado por una piedra que le golpeó en la cabeza?.

b) Copia del Auto de 23 de agosto de 2002, del Juzgado de Instrucción

número ??, de Gijón, de archivo de las diligencias previas seguidas por

entender que el hecho denunciado no reviste caracteres de infracción criminal.

c) Informes médicos del Hospital ?? que refieren los daños sufridos el

día 18 de agosto de 2002 por el reclamante, consistentes en ?traumatismo

cráneo-encefálico accidental, con fractura-hundimiento parietal izquierdo y

contusión hemorrágica subyacente, herida parietal izquierda inciso-contusa y

hemiparesia derecha./ Realizó tratamiento rehabilitador en régimen de

hospitalización entre el 6 y el 20 de septiembre de 2002, continuando

posteriormente con el tratamiento en régimen de ambulatorio?.

Como medios de prueba propone la documental que adjunta a su escrito,

así como prueba testifical a cargo de doña ?? y doña ??, acompañando a tal

fin relación de preguntas.

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Finaliza su escrito solicitando se suspenda la tramitación del

procedimiento hasta obtener la sanidad de las lesiones y que, una vez

reanudado, se practiquen las pruebas propuestas y se declare su derecho a la

indemnización.

4. Con fecha 19 de mayo de 2003, se dicta Resolución por la Alcaldía por la que

se dispone suspender la tramitación del procedimiento atendiendo a la solicitud

en tal sentido del interesado, constando notificada el día 10 de junio de 2003.

5. Con fecha 6 de octubre de 2003, por un Geólogo del Parque Científico

Tecnológico de Gijón se remite al Servicio Jurídico municipal una nota sobre la

geología de la Playa de ??, en la que se señala que ?los desprendimientos de

fragmentos de rocas del acantilado de la playa (?) están originados

principalmente por la acción marina que socava la base del acantilado y por

acción de la lluvia (?)./ La caída de piedras a lo largo de esta playa es un

hecho imprevisible desde el punto de vista geológico y no muy frecuente,

puesto que, en la visita al lugar, se aprecian pocas piedras que no estén ya

redondeadas por efecto de la erosión marina?.

A la nota se adjunta informe emitido por el Jefe del Servicio de Extinción

de Incendios, datado el día 2 de julio de 2001, en el que indica que en la línea

costera se forman acantilados con riesgo de desprendimientos y deslizamiento.

Todo ello confiere a la franja costera una inestabilidad que ocasiona, en la zona

occidental, fisuras y grietas ocasionadas por hundimientos parciales agravados

por la existencia de escombros y, en la zona oriental, desprendimientos

superficiales y deslizamientos de pequeña magnitud que se producen con

relativa frecuencia, por lo que se propone, como medida paliativa y hasta la

adopción de medidas definitivas, la instalación de letreros en el acceso que

indiquen las zonas de peligro. Acompaña su informe con un reportaje

fotográfico que muestra las señales de peligro colocadas en la zona.

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6. Con fecha 22 de julio de 2004, don ?? solicita del Ayuntamiento el

levantamiento de la suspensión y que se siga la tramitación del procedimiento

de responsabilidad patrimonial.

En este escrito, tras reiterarse en las alegaciones ya formuladas, añade

que ?como consecuencia del referido impacto de la piedra en la cabeza (?), el

exponente sufre diversas y graves lesiones que motivan su traslado al Hospital

de ?? por un helicóptero de Bomberos del Principado de Asturias, para

posteriormente y dada la gravedad de sus lesiones ser trasladado al Hospital

?? donde es intervenido de urgencia y permaneció ingresado varios días en la

UCI, y luego sigue recibiendo tratamiento y rehabilitación en régimen de

hospitalización primero y después en consultas externas (?), recibe el alta

laboral por mejoría (no por sanidad) el 10 de abril de 2003 (?), si bien sigue

recibiendo tratamiento y atención médica, tanto en el Hospital ?? como con el

médico?psiquiatra (?) y el exponente sufre a finales de diciembre del 2003 a

consecuencia de dicho accidente, una caída súbita en su domicilio por una crisis

comicial acudiendo al Servicio de Neurocirugía del Hospital ?? en el que se le

impone tratamiento médico y se le cita para revisión en 9 meses según se

refleja en el informe de dicho hospital de fecha 5 de mayo de 2004?.

A continuación, y ?sin perjuicio del alta definitiva del paciente y de sus

definitivas secuelas?, solicita el reclamante una indemnización por días de

incapacitación y secuelas por un importe total de cincuenta y seis mil cincuenta

y nueve euros con veintiocho céntimos (56.059,28 ?), ?aplicando

analógicamente el baremo de indemnizaciones de accidentes de tráfico?, por los

siguientes conceptos y cuantías: por 21 días hospitalarios, 1.183,98 euros; por

215 días impeditivos, 9.849,15 euros; por 406 días no impeditivos, 10.016,02

euros; por 27 puntos en concepto de secuelas, 29.913,84 euros, y como factor

de corrección, 5.096,29 euros.

Aporta, junto a su escrito de alegaciones, los siguientes documentos:

a) Informe geotécnico sobre la estabilidad del talud de la playa de ??,

de Gijón, elaborado por un Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. En las

conclusiones de dicho informe se señala que "es absolutamente ridículo e

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

insuficiente el insignificante y único letrero de pequeño tamaño, con leyenda

peligro desprendimientos. En las condiciones actuales, puesto que los

desprendimientos seguirán produciéndose de forma natural y no se han

adoptado medidas de seguridad para evitarlos debería estar prohibido el acceso

a la Playa. Igualmente se puede concluir que en dicha playa en el momento

actual, ni cuando se produce el accidente que se refiere en el presente informe,

no se encuentra conservada en condiciones de seguridad para los bañistas y

usuarios?.

b) Informe emitido por un médico?psiquiatra, con fecha 20 de mayo de

2004, en el que se recoge que ?en el momento actual nos encontramos con un

paciente afecto claramente de una epilepsia post-traumática de tipo tardía,

siendo peor el pronóstico en pacientes que tienen crisis con posterioridad,

reseñándose así mismo que las alteraciones del EEG no son predictivas de una

epilepsia tardía, ya que una cuarta parte de los epilépticos nunca ha tenido un

EEG con alteraciones; una vez instaurado el tratamiento se aconseja

mantenerlo durante dos años?. Concluye el informe con una valoración de

secuelas de 24 a 27 puntos.

c) Informe del Servicio U.V.I. del Hospital ??, de fecha 23 de agosto de

2002, de alta por mejoría.

d) Informe del Servicio de Consultas Rehabilitación del Hospital ??, de

fecha 12 de febrero de 2003, sobre alta por mejoría.

e) Parte médico de alta de incapacidad temporal por contingencias

comunes, con fecha de alta de 10 de abril de 2003, en el que se hace constar

como resultado del reconocimiento ?alta con secuelas. Leve paresia mano

derecha? y como causa del alta ?mejoría permite trabajar?.

f) Informe del Servicio de Consultas de Neurocirugía I del Hospital ??,

de fecha 5 de mayo de 2004, en el que se describe que el paciente ha tenido

una crisis comicial y está en tratamiento con Depakine Crono 1500, que el

resultado de la exploración neurológica es fondo de ojo normal y balance

muscular normal, se refiere EEG sin actividades patológicas y se concluye que

solicitará revisión para dentro de nueve meses.

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

g) Nóminas de trabajo del lesionado correspondientes a los meses de

agosto y septiembre de 2002 y junio de 2004.

h) Escritura de poder general para pleitos, otorgada por don ?? y doña

??, a favor de diversos procuradores de los tribunales y letrados para, entre

otras facultades, intervenir ante toda clase de órganos de la Administración en

los expedientes que en ellos se promuevan o sigan.

7. Con fecha 24 de agosto de 2004, se comunica al reclamante (que acusa

recibo el día 9 de septiembre) la admisión de la prueba testifical solicitada,

indicando que su práctica tendrá lugar el día 28 de septiembre de 2004 en las

dependencias municipales. A tal efecto, se citó a las dos testigos propuestas.

8. Con fecha 20 de septiembre de 2004, tiene entrada en el registro municipal

escrito encabezado con el nombre del reclamante, aunque firmado ?P.O.? por

persona sin identificar, en el que se interesa la ampliación del interrogatorio de

preguntas y la ampliación de la prueba testifical a don ??, médico?psiquiatra,

acompañando a tal efecto pliego de preguntas a formular.

9. Con fecha 28 de septiembre de 2004 se practica la prueba testifical, y la

primera de las propuestas, compañera sentimental del reclamante, a quien se

pidió realizar un breve relato de los hechos, contesta que ?serían las 4,30

cuando bajamos del bar de ??, bajamos las escaleras, y sigues a mano

derecha al fondo, estaba la marea baja y nos pusimos en la orilla cerca del

agua, y al cuarto de hora de estar allí fue cuando se desprendió la piedra?. Por

su parte, preguntada al respecto, la segunda de las propuestas como testigo

señaló que ?estando en la playa de ?? hacia la parte del agua porque la marea

estaba baja, fue cuando se cayó la piedra impactó en el suelo y al romper uno

de los trozos fue a darle a él cuando estaba echado, y a consecuencia del golpe

estaba sangrando y supongo que atontado, se acumuló mucha gente fue

cuando vinieron los bomberos y el helicóptero y se lo llevaron?.

11

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

10. Con fecha 30 de septiembre de 2004, se comunica al reclamante (que

acusa recibo el día 9 de octubre) la admisión de la ampliación de la prueba

testifical al médico-psiquiatra propuesto, indicando que su práctica tendrá lugar

el día 14 de octubre de 2004 en las oficinas municipales. A tal efecto, se cita

oportunamente al testigo. Durante la práctica de la prueba, preguntado sobre la

certeza y veracidad del informe emitido sobre el estado de salud del

reclamante, y que éste aportó con fecha 22 de julio de 2004, contesta

afirmativamente.

11. Con fecha 19 de octubre de 2004, tiene entrada en el registro municipal

escrito encabezado con el nombre del reclamante, aunque firmado ?P.O.? por

persona no identificada, por el que se adjunta, para su incorporación al

expediente, fotocopia de un informe de 20 de abril de 2001, remitido al

Ayuntamiento por el Ministerio de Medio Ambiente (Demarcación de Costas en

Asturias). En dicho informe se señala que ?por la Consejería de Infraestructuras

y Política Territorial del Principado de Asturias (Dirección General de Ordenación

del Territorio y Urbanismo), se remite escrito cuya fotocopia se adjunta,

referente a situación de emergencia para los usuarios de la playa de ??, como

consecuencia de grietas y desprendimientos de la terraza del Restaurante (?).

En consecuencia con lo anterior y a fin de procurar la seguridad de las vidas

humanas, se advierte al Ayuntamiento de Gijón sobre tal extremo,

recomendando la adopción de medidas de señalización y balizamiento de la

zona a fin de proteger las vidas humanas y evitar situaciones de peligro para

personas y cosas?.

12. Con fecha 14 de septiembre de 2004, el Jefe del Servicio Jurídico del

Ayuntamiento de Gijón solicita a la Dirección General de Costas que se informe

acerca de cuantas actuaciones esté llevando a cabo sobre la petición de

responsabilidad patrimonial formulada por el mismo interesado y las medidas

de seguridad adoptadas en relación al acantilado desde el que se produjo el

desprendimiento. Esta solicitud es contestada mediante informe de 14 de

12

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

octubre, del Jefe de la Demarcación de Costas en Asturias, en el que se señala

que el expediente sobre la petición de responsabilidad formulada se tramitó

ante la Vicesecretaría General Técnica y, en cuanto a las medidas de seguridad,

que por el Ayuntamiento se remitió para su tramitación el ?Proyecto contra

desprendimientos en la Playa de ??? y que, con fecha 24 de julio de 2003, se

remitió el proyecto al Ayuntamiento para correcciones.

13. Con fecha 4 de marzo de 2005, en respuesta a los requerimientos del

Servicio Jurídico, se emite informe por la Jefa del Servicio de Protección del

Medio Ambiente del Ayuntamiento en el que se señala que se está procediendo

a la nueva redacción del proyecto ?Protección contra desprendimientos en la

Playa de ???, en el que se seguirán las directrices que al respecto señale la

Demarcación de Costas.

14. Con fecha 7 de marzo de 2005, tiene entrada en el registro municipal

escrito encabezado con el nombre del reclamante, aunque firmado ?P.O.? por

persona no identificada, por el que se comunica un cambio de domicilio a

efectos de notificaciones y citaciones derivadas del procedimiento que hayan de

hacerse a partir de dicha fecha.

15. Con fecha 23 de septiembre de 2004, la compañía aseguradora del

Ayuntamiento dirige escrito en el que expone que ?el accidente se produce en

una zona de titularidad estatal, concretamente perteneciente a la Demarcación

de costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, por lo que existe una

falta de legitimación pasiva por parte de la Corporación municipal, falta de

legitimación que no decae ante las competencias que el artículo 115 de la Ley

de Costas atribuye a los Ayuntamientos relativas al mantenimiento de las playas

en condiciones de limpieza, higiene y salubridad?. Añade que ?las lesiones

reclamadas no se producen durante la estancia del recurrente en el arenal de la

playa sino cuando se encontraba en las rocas existentes en la vertical del

acantilado, zona en la que el Ayuntamiento había colocado señales que

13

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

advertían del peligro de desprendimientos y a las que el lesionado ha hecho

caso omiso./ Entendemos, en consecuencia, que ninguna responsabilidad

puede imputarse al Excmo. Ayuntamiento de Gijón, por cuanto el daño se

produce en una zona de titularidad estatal, zona en la que el Ayuntamiento

ninguna actuación de reparación puede acometer, habiendo obrado con

extrema diligencia al advertir a los ciudadanos del peligro de desprendimientos

y, en concreto, en un lugar inadecuado para `tomar el sol´, por cuanto existía

la advertencia antes reseñada?.

16. El día 17 de marzo de 2005, el Servicio Jurídico solicita al Jefe de la Policía

Local la emisión de informe complementario en el que se indique el lugar

exacto en que se produjo el siniestro y, en particular, si el reclamante se

encontraba o no cerca del acantilado, en las rocas existentes en la vertical del

acantilado, zona en la que el Ayuntamiento había colocado señales que

advertían del peligro del desprendimiento. En contestación a dicha solicitud, con

fecha 4 de abril de 2005, se emite informe por el agente que intervino en los

hechos, acompañando un croquis explicativo del lugar en que se encontraba el

herido. En dicho informe señala el agente que ?personado en el lugar de los

hechos (...) se constata que el herido se encontraba a 3 mts aproximadamente

de la pared del acantilado y a unos 40 mts aproximadamente de la señal de

advertencia de desprendimientos más próxima a la víctima?.

17. Con fecha 21 de octubre de 2005, en respuesta a reiteradas solicitudes de

información, cursadas por los servicios municipales, acerca del estado de

tramitación de la reclamación de responsabilidad patrimonial formulada por el

mismo interesado frente al Ministerio de Medio Ambiente, el Jefe de la

Demarcación de Costas en Asturias comunica que mediante Resolución del

Ministerio de Medio Ambiente, de fecha 2 de septiembre de 2005, se ha

desestimado la referida reclamación.

14

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

18. Terminada la instrucción del procedimiento, con fecha 3 de noviembre de

2005 y con acuse de recibo del día 11 del mismo mes, por la Alcaldía se

comunica al interesado el inicio del trámite de audiencia, a cuyo efecto se le

pone de manifiesto el expediente a fin de que pueda formular alegaciones y

presentar los documentos y justificaciones que estime pertinentes en el plazo

de quince días.

19. Con fecha 17 de noviembre de 2005, doña ??, en representación del

interesado, conforme a la escritura de apoderamiento incorporada al

procedimiento, comparece ante el Servicio Jurídico del Ayuntamiento de Gijón a

fin de examinar el expediente y solicita copia de los documentos que estimó

conveniente.

20. Con fecha 29 de noviembre de 2005, tiene entrada en el registro municipal

escrito encabezado con el nombre del reclamante, aunque firmado ?P.O.? por

persona no identificada, por el que formula alegaciones. En dicho escrito, se

señala que la causa determinante y exclusiva del accidente y lesiones del

reclamante ?no fue otra que la omisión por parte de la Administración

reclamada de su deber de mantenimiento y conservación de la referida playa, o

en su caso prohibir a los bañistas su uso?.

Añade que concurren, en el caso examinado, los requisitos necesarios

para declarar una eventual responsabilidad de la Administración ?como

consecuencia de la omisión por parte de la Administración de su deber de

mantenimiento y conservación de la referida playa gijonesa (?), pues dado

el estado que presentaba el talud debió realizar las obras necesarias o

tomar las medidas oportunas en evitación de que cayeran piedras a la

misma que pudieran causar daños a los bañistas y usuarios que en la misma

se encuentren, así como tomar las medidas por los socorristas oportunos o

personal cuidador de la playa (?), para que no se produzcan accidentes?.

Continúa refiriendo que ya en el año 2001, concretamente en escrito

de fecha 20 de abril de 2001, la Demarcación de Costas en Asturias puso en

15

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

conocimiento del Ayuntamiento la situación de emergencia para los usuarios

de la playa, como consecuencia de las grietas y desprendimientos en la

zona, sin que el Ayuntamiento nada haya hecho al respecto.

Añade, además, que es totalmente incierta la tesis de que el reclamante

se encontraba situado muy cerca del acantilado, "justo en las rocas existentes

en la vertical del acantilado" como menciona el informe de la entidad

aseguradora, considerando también insuficiente la simple manifestación y

croquis que obra en el expediente como informe ampliatorio de la Policía Local,

realizado en fecha muy posterior a los hechos, por entender que quedan

desvirtuados por las pruebas testificales celebradas y en el referido informe

geotécnico aportado al procedimiento.

Por todo lo anterior solicita se le indemnice en cuantía total de cincuenta

y seis mil cincuenta y nueve euros con veintiocho céntimos (56.059,28 ?), por

los conceptos y cuantías anteriormente expresados.

21. Con fecha 13 de diciembre de 2005, por la Asesoría Jurídica del

Ayuntamiento de Gijón se elabora propuesta de resolución en la que se

propone desestimar la reclamación presentada por cuanto, a su entender, no

puede imputarse la responsabilidad a la Administración municipal ?dado que la

única responsabilidad es la derivada de la adopción de medidas de seguridad, y

del propio expediente se desprende estas medidas fueron adoptadas?.

22. En este estado de tramitación, mediante escrito de 21 de diciembre de

2005, registrado de entrada el día 28 de diciembre de 2005, V.E. solicita al

Consejo Consultivo del Principado de Asturias que emita dictamen sobre

consulta preceptiva relativa al procedimiento de reclamación de responsabilidad

patrimonial del Ayuntamiento de Gijón, objeto del expediente administrativo

núm. ??, iniciado a instancia de don ??, adjuntando a tal fin copia

autentificada del mismo.

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

A la vista de tales antecedentes, formulamos las siguientes

consideraciones fundadas en derecho:

PRIMERA.- El Consejo Consultivo emite su dictamen preceptivo según lo

dispuesto en el artículo 13.1, letra k), de la Ley del Principado de Asturias

1/2004, de 21 de octubre, en relación con el artículo 18.1, letra k), del

Reglamento de Organización y Funcionamiento del Consejo Consultivo del

Principado de Asturias, aprobado por Decreto 75/2005, de 14 de julio, y a

solicitud de la Alcaldesa-Presidenta del Ayuntamiento de Gijón de conformidad

con lo establecido en los artículos 17, apartado b), y 40.1, letra b), de la Ley y

del Reglamento citados, respectivamente.

SEGUNDA.- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 139.1 de la Ley

30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones

Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (en adelante, LRJPAC), el

interesado está activamente legitimado para solicitar la reparación del daño

causado, por cuanto su esfera jurídica se ha visto directamente afectada por los

hechos que originan la reclamación.

Por su parte, está el Ayuntamiento de Gijón pasivamente legitimado en

cuanto Administración frente a la cual se formula reclamación.

TERCERA.- La reclamación se presenta antes de finalizar el plazo establecido

en el artículo 142.5 de la LRJPAC, el cual dispone que ?En todo caso, el derecho

a reclamar prescribe al año de producido el hecho o el acto que motive la

indemnización o de manifestarse su efecto lesivo. En caso de daños, de

carácter físico o psíquico, a las personas el plazo empezará a computarse desde

la curación o la determinación del alcance de las secuelas?. En el caso que

examinamos, presentada la reclamación el día 20 de noviembre de 2002 no hay

duda de que lo fue dentro del plazo de un año desde la producción del hecho

-acaecido el día 18 de agosto del mismo año- e incluso antes de producida la

curación o el alta médica.

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

CUARTA.- El procedimiento administrativo aplicable en la tramitación de la

reclamación se encuentra establecido en los artículos 139 y siguientes de la

LRJPAC y, en su desarrollo, en el Reglamento de los procedimientos de las

Administraciones públicas en materia de responsabilidad patrimonial, aprobado

por Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo (en adelante, Reglamento de

Responsabilidad Patrimonial).

En aplicación de la normativa citada, se han cumplido los trámites legal y

reglamentariamente establecidos de incorporación de informe de los servicios

afectados, audiencia y propuesta de resolución.

No obstante, hemos de señalar que no se ha dado cumplimiento a la

obligación de comunicar al interesado, en los términos de lo establecido en el

artículo 42.4 de la LRJPAC, la fecha en que su solicitud ha sido recibida por el

órgano competente, el plazo máximo normativamente establecido para la

resolución y notificación del procedimiento, así como los efectos que pueda

producir el silencio administrativo.

Asimismo, advertimos que en la tramitación del procedimiento se han

incorporado documentos a instancia de parte suscritos, presuntamente por

orden, por persona o personas no identificadas, sin que conste, por tanto,

acreditada debidamente la voluntad del interesado en cuyo nombre se formulan

y sin que, obviamente, pueda resultar de aplicación la presunción de

representación a que se refiere el artículo 32.3 de la LRJPAC para los actos y

gestiones de mero trámite. Especial consideración merece, en este sentido, la

comunicación de cambio de domicilio que determina que se notifique en él el

trámite de audiencia -constando recibida la notificación por persona distinta del

interesado- y el escrito de alegaciones presentado tras dicho trámite. El

necesario rigor formal que ha de presidir la instrucción de los procedimientos

administrativos no puede ser omitido por un principio antiformalista cuando ello

afecta a aspectos preceptivos del procedimiento que se constituyen en garantía

de derechos de los particulares. En consecuencia, entendemos que no deberá

dictarse resolución que ponga fin al procedimiento sin antes acreditar

debidamente el conocimiento o la representación del interesado en legal forma.

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

Observación ésta que tiene la consideración de esencial a efectos de lo

dispuesto en el artículo 3.6 de la Ley del Principado de Asturias 1/2004, de 21

de octubre, y en el artículo 6.2 del Reglamento de Organización y

Funcionamiento del Consejo Consultivo del Principado de Asturias.

Finalmente, observamos que ha sido rebasado ampliamente el plazo de

seis meses para adoptar y notificar la resolución expresa, establecido en el

artículo 13.3 del Reglamento de Responsabilidad Patrimonial. En efecto,

presentada la reclamación el 20 de noviembre de 2002, se concluye que a la

fecha de entrada de la solicitud de dictamen en este Consejo Consultivo, el día

28 de diciembre de 2005, el plazo de resolución y notificación ha sido

sobrepasado. No obstante, ello no impide la resolución de acuerdo con lo

dispuesto en los artículos 42.1 y 43.4, letra b), de la referida LRJPAC.

QUINTA.- En orden al análisis de la reclamación de responsabilidad patrimonial

presentada, es preciso recordar que nuestro Derecho construye un sistema de

responsabilidad objetiva sin culpa de las Administraciones Públicas,

fundamentado en el artículo 106.2 de la Constitución Española, cuyo tenor

literal dispone que ?Los particulares, en los términos establecidos por la ley,

tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera

de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la

lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos?.

Este precepto, reiterado de forma casi literal en el artículo 139.1 de la

LRJPAC, supone sentar el derecho de los particulares a ser indemnizados por la

Administración de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y

derechos, excepto en los casos de fuerza mayor, siempre que aquella lesión sea

consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos.

Derecho éste que no implica, sin embargo, que todo daño padecido por los

particulares, deba ser necesariamente indemnizado, sino que, para ello, se

requiere la concurrencia de determinados requisitos.

A ellos se refiere el artículo 139.2 de la LRJPAC al disponer que ?En todo

caso, el daño alegado habrá de ser efectivo, evaluable económicamente e

19

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

individualizado con relación a una persona o grupo de personas?, así como el

artículo 141.1 del mismo cuerpo legal conforme al cual ?Sólo serán

indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que

éste no tenga el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley?.

En el ámbito de la Administración Local, el artículo 54 de la Ley 7/1985,

de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local (en adelante LRBRL),

dispone que ?Las entidades locales responderán directamente de los daños y

perjuicios causados a los particulares en sus bienes y derechos como

consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos o de la actuación de

sus autoridades, funcionarios o agentes, en los términos establecidos en la

legislación general sobre responsabilidad administrativa?.

En aplicación de la citada normativa legal, y atendida tanto la

jurisprudencia del Tribunal Supremo como la doctrina del Consejo de Estado,

para declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública será

necesario que, no habiendo transcurrido el plazo de prescripción, concurran, al

menos, los siguientes requisitos: a) la efectiva realización de un daño o lesión

antijurídica, evaluable económicamente e individualizado en relación con una

persona o grupo de personas; b) que la lesión patrimonial sea consecuencia del

funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos; y c) que no sea

producto de fuerza mayor.

SEXTA.- En el caso que se examina, se formula la reclamación de

responsabilidad patrimonial por las lesiones sufridas por un desprendimiento de

r o c a s e n l a p l a y a d e ? ? , d e G i j ó n , como consecuencia, según aduce el

reclamante, de la omisión por parte de la Administración reclamada de su deber

de mantenimiento y conservación de la referida playa o tomar las medidas

oportunas por los socorristas o personal cuidador de la playa para que no se

produzcan accidentes. Tendremos, pues, que analizar cuál es la competencia

municipal y el servicio público afectado, a través del análisis de los distintos

preceptos legales de aplicación, con el fin de determinar si concurre o no un

nexo causal entre el ejercicio de las competencias por la entidad local o el

20

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

servicio público concurrente y el daño alegado; si bien, con carácter previo,

habremos de examinar la realidad del daño y las circunstancias en que se

produjo el accidente.

Pues bien, al respecto apreciamos que constan debidamente acreditados,

tanto la grave lesión sufrida por el reclamante el día 18 de agosto de 2002,

como demuestran la historia clínica del paciente, los partes médicos de baja

laboral y demás informes incorporados al mismo, como el origen del lamentable

accidente ocurrido por el desprendimiento de una piedra del talud en la playa

de ??, de Gijón, que golpeó en la cabeza al reclamante.

Partiendo de lo anterior, y con el fin de dilucidar si por los hechos

acaecidos puede generarse una eventual responsabilidad de la Administración

municipal, hemos de concretar el lugar exacto en que se produjo el accidente.

Ocurrido en la zona marítimo terrestre, resulta concluyente por su precisión y

de especial valor probatorio, el informe emitido por la Policía Local con fecha 4

de abril de 2005, elaborado por el agente que intervino en los hechos junto con

un croquis explicativo del lugar en que se encontraba el herido, y en el que se

señala expresamente que ?personado en el lugar de los hechos (...) se constata

que el herido se encontraba a 3 metros aproximadamente de la pared del

acantilado y a unos 40 metros aproximadamente de la señal de advertencia de

desprendimiento más próxima a la víctima?. Este informe no puede

considerarse desvirtuado por lo alegado por las testigos propuestas por el

reclamante, pues sus afirmaciones respecto al lugar en que ocurrieron los

hechos resultan tan distantes temporalmente del accidente como el precitado

informe policial y adolecen de una notoria imprecisión e indeterminación. En

particular, el propio reclamante señala al respecto, que se encontraba

?apartado del acantilado?, y las testigos sitúan los hechos, una ?en la orilla? y la

otra ?hacia la parte del agua?, siendo de destacar que en la reseña de prensa

aportada por el interesado, y repetidamente aducida por él en prueba de los

hechos, se indica que en la fecha del accidente la playa se encontraba

abarrotada de gente y que, ante la falta de espacio en el arenal, algunos

bañistas se habían situado al pie del acantilado, justo en el lugar en que

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Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

cayeron las rocas, siendo así que el herido más grave por el desprendimiento

?según explicó su acompañante a algunos bañistas, se situó muy cerca del

acantilado porque no encontró sitio en otro punto del arenal?.

Por ello, partiendo de lo anterior, esto es, que el reclamante se

encontraba en el momento del accidente a 3 metros del acantilado y a 40 de la

señal de peligro más próxima, entendemos, en primer término, que la piedra

que impactó en la cabeza del interesado procedía del acantilado y, en segundo

lugar, que el reclamante se hallaba justo debajo de dicho acantilado, fuera de

la zona de baño y dentro de la expresamente delimitada y señalizada por el

Ayuntamiento de Gijón como zona de peligro, por existir riesgo de

desprendimientos.

De la documentación obrante en el expediente, tampoco se desprende

duda acerca de la certeza y veracidad de la señalización existente en la playa el

día de los hechos. En este sentido, además de las fotografías, entre otras las

adjuntadas al informe emitido por el Jefe del Servicio de Extinción de Incendios

el día 2 de julio de 2001, que muestran claramente la señal de peligro, es claro

el informe emitido por el Jefe del Servicio de Medio Ambiente, fechado el día 14

de febrero de 2003, en relación a si la zona de donde se desprendió la roca

contaba con algún tipo de delimitación de uso o zona peligrosa, así como si

existían medidas de seguridad, cuidado o prevención, señalización y

balizamiento. En dicho informe se indica que, en orden a garantizar la

seguridad en el baño, la tipificación y señalización de la playa se realizó, en

función de dicha seguridad, con banderas de colores y, añade, ?que la

delimitación de uso para el baño en la playa se realiza mediante la oportuna

señalización en función de las condiciones del mar, y que en la temporada

oficial de baños de 2002 estaban colocados en la playa de ?? dos carteles con

la inscripción: peligro desprendimiento?.

SÉPTIMA.- Partiendo de lo anterior, en el análisis de la competencia municipal

invocada y de la relación de causalidad entre su ejercicio -y el servicio público

22

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

correspondiente- y el daño sufrido por el reclamante, habremos de examinar la

normativa legal y realizar una adecuada aplicación al caso.

El artículo 25.2 de la LRBRL establece que el municipio ejercerá en todo

caso, competencias, en los términos de la legislación del Estado y de las

Comunidades Autónomas, en materia de seguridad en lugares públicos. Por su

parte, el artículo 3 de la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas, dispone que,

entre otros, las playas son bienes de dominio público marítimo-terrestre estatal,

en virtud de lo dispuesto en el artículo 132.2 de la Constitución, y, en su

artículo 4, establece que pertenecen asimismo al dominio público marítimoterrestre

estatal los acantilados sensiblemente verticales, que estén en contacto

con el mar o con espacios de dominio público marítimo-terrestre, hasta su

coronación. El artículo 111 de la misma Ley califica de obras de interés general,

competencia de la Administración del Estado, a aquellas que ?se consideren

necesarias para la protección, defensa, conservación y uso del dominio público

marítimo-terrestre, cualquiera que sea la naturaleza de los bienes que lo

integren?. Por último, el artículo 115 del mismo cuerpo legal dispone que ?Las

competencias municipales, en los términos previstos por la legislación que

dicten las Comunidades Autónomas, podrán abarcar los siguientes extremos:

(?) Mantener las playas y lugares públicos de baño en las debidas condiciones

de limpieza, higiene y salubridad, así como vigilar la observancia de las normas

e instrucciones dictadas por la Administración del Estado sobre salvamento y

seguridad de las vidas humanas?.

Respecto de la interpretación de estos preceptos, el reclamante entiende

que el título de imputación municipal se residencia en la obligación que

corresponde al Ayuntamiento de Gijón de garantizar la seguridad en lugares

públicos, incluidas las playas y lugares públicos de baño, y que, por ello, en el

caso que nos ocupa, ha de responder por los daños producidos como

consecuencia del accidente sufrido por el reclamante.

La competencia municipal en materia de seguridad en lugares públicos

que establece el artículo 25 de la LRBRL, ha de examinarse atendiendo a lo

establecido en la legislación especial que regula la materia y, en el presente

23

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

caso, a lo establecido en el artículo 115 de la Ley 22/1988, de 28 de julio, de

Costas, a tenor del cual la competencia municipal se extiende al mantenimiento

de la playa en las debidas condiciones de limpieza, higiene y salubridad y a la

vigilancia del respeto de las normas e instrucciones dictadas por la

Administración del Estado sobre salvamento y seguridad de vidas humanas. En

la Orden Ministerial de 31 de julio de 1972, al establecer instrucciones para la

seguridad humana en los lugares de baño, y atendiendo a la clasificación de las

playas en tres tipos -de uso prohibido, peligrosas y libres- así como a la

graduación de las libres en razón a la afluencia de público, se regula la

necesidad de señalización de las playas y sus usos y la forma de dicha

señalización; se recoge la obligación de instalación de carteles informativos

para explicación del significado de las banderas de señalización, así como para

la inclusión de instrucciones en previsión de accidentes y otras de conocimiento

útil para los usuarios, y se definen las funciones específicas de los servicios de

vigilancia de las playas, la dotación de los servicios de auxilio y salvamento y la

actuación de éstos.

Por ello, atendido lo anterior -y también lo establecido en las Directrices

subregionales de ordenación del territorio para la franja costera, aprobadas por

Decreto 107/1993, de 16 de diciembre, en las que se califica la playa de ??

como natural-, entendemos que el título competencial que refiere el reclamante

no es determinante para imputar al Ayuntamiento la responsabilidad que se

reclama por los daños producidos por el desprendimiento de rocas en la playa,

pues la única responsabilidad exigible, por su parte, al Ayuntamiento de Gijón,

dado el título de imputación invocado, sería la relativa a la adopción de las

medidas de seguridad de los bañistas, que, como hemos visto, fueron

efectivamente adoptadas con la dotación del servicio de vigilancia, auxilio y

salvamento, con la debida señalización de las condiciones de uso de la playa y

con la oportuna señalización y advertencia de la zona de peligro y sus causas.

Ciertamente, a la vista de las lamentables consecuencias del desprendimiento

de rocas padecidas por el interesado, es comprensible que se invoque por él

que los servicios de vigilancia y salvamento deberían haber impedido el

24

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

accidente, pero este Consejo no puede, sin embargo, comprender en qué

medida la labor informativa y preventiva que éstos tienen legalmente

encomendada podría haber producido mayores y mejores efectos que la

información contenida en los paneles de advertencia de peligro, cuya existencia

no ha sido refutada.

Constando acreditado que el reclamante se había situado dentro de la

zona debidamente señalizada como de peligro, justo bajo el acantilado, hemos

de concluir, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo -entre otras,

Sentencia de 8 de abril de 2003, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección

6ª-, que, en este caso, no existe nexo causal alguno entre el daño sufrido por

el reclamante y la actuación de la Administración, pues las lesiones producidas

no son imputables al funcionamiento del servicio público y sí al proceder del

reclamante quien, haciendo caso omiso de la señalización de peligro, se colocó

en una situación de riesgo, decidiendo instalarse en una zona en que se habían

puesto carteles indicativos del peligro de desprendimientos existente y, por ello,

debiendo asumir las consecuencias de su actuación.

Como señala la Sentencia del Tribunal Supremo de 5 de junio de 1998,

Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección 6ª, consideramos que el vigente

sistema de responsabilidad patrimonial objetiva de las Administraciones Públicas

no convierte a éstas en ?aseguradoras universales de todos los riesgos con el

fin de prevenir cualquier eventualidad desfavorable o dañosa para los

administrados que pueda producirse con independencia del actuar

administrativo, porque de lo contrario, como pretende el recurrente, se

transformaría aquél en un sistema providencialista no contemplado en nuestro

ordenamiento jurídico?.

Por lo anterior, no apreciando la concurrencia de un nexo causal

relevante o suficiente entre la actuación de la Administración municipal y la

lesión producida, entiende este Consejo Consultivo que no debe responder el

Ayuntamiento de Gijón por los daños padecidos por el reclamante como

consecuencia del accidente sufrido.

25

Fuente: Consejo Consultivo del Principado de Asturias http://www.ccasturias.es

En mérito a lo expuesto, el Consejo Consultivo del Principado de Asturias

dictamina que no procede declarar la responsabilidad patrimonial solicitada y en

consecuencia, una vez atendida la observación esencial contenida en el cuerpo

de este dictamen, debe desestimarse la reclamación presentada por don ???

V.E., no obstante, resolverá lo que estime más acertado.

G i j ó n , a ? ?

EL SECRETARIO GENERAL,

V.º B.º

EL PRESIDENTE,

EXCMA. SRA. ALCALDESA DEL AYUNTAMIENTO DE GIJÓN.

26

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